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Guissell Gámez, de 12 años, yace en una cama del décimo piso del Hospital de Niños Benjamín Bloom, de San Salvador.

Niña nica recupera en hospital salvadoreño

Un carro le destrozó una pierna en Managua El Diario de Hoy Guisselle es la menor de cuatro hermanos, vive en Managua y va a sexto grado. Es una niña conversadora y sonriente, pero el domingo 8 de octubre, su vida dio un giro inesperado. Estaba sentada en un muro, con otras personas, cuando un […]

  • Un carro le destrozó una pierna en Managua

El Diario de Hoy

Guisselle es la menor de cuatro hermanos, vive en Managua y va a sexto grado. Es una niña conversadora y sonriente, pero el domingo 8 de octubre, su vida dio un giro inesperado.

Estaba sentada en un muro, con otras personas, cuando un automóvil se salió de la vía y atropelló al grupo. La niña y las otras víctimas del accidente fueron trasladadas al hospital.

La pierna izquierda de Guissell estaba aplastada, los huesos estaban rotos y las posibilidades de salvarla eran ínfimas. Los médicos le explicaron a la madre de la niña sobre la posibilidad de una amputación.

“Eso fue muy doloroso, porque ella es sólo una niña”, relata la madre, Sandra Gámez.

Rápido, la familia de Guisselle y unos amigos comenzaron a hacer gestiones para que la niña fuera operada en San Salvador.

“Cuando veníamos en la avioneta, un doctor me dijo que valía la pena tratar de salvarme la pierna”, recuerda Guisselle.

A pesar del dolor, no ha perdido la sonrisa y el buen humor que la hacen una de las pacientes favoritas del piso 10 de Ortopedia.

ESPERANZA EN ALTO

El martes pasado, Guisselle ingresó al Hospital Bloom y, poco después, fue operada. Pasó algunos días en la Unidad de Cuidados Intensivos y luego fue trasladada al décimo piso.

“La trajimos aquí porque este es el mejor hospital de Centroamérica”, asegura la madre de la menor, que se hospeda en la casa de una amiga mientras permanece en El Salvador.

Según Sandra Gámez, el hospital de Managua no cuenta con cierto equipo médico, lo que dificultaba la curación de Guissell en su país.

Ahora, sin embargo, todo parece marchar viento en popa, “gracias a la solidaridad que existe entre El Salvador y Nicaragua”, manifiesta Sandra.

A pesar de las dificultades, la niña no pierde las esperanzas y tienen toda su fe depositada en Dios, en que todo va a salir bien.

“Diosito va disponer. Si El quiere que mi recuperación sea corta, que sea corta; si quiere que sea larga, está bien”, dice la niña, quien confiesa haber hecho nuevas amistades en El Salvador.

“Los doctores son muy agradables, y las enfermeras son muy amables, no puedo quejarme de nada”, afirma Guissell.

LAS HERIDAS DE LA NIÑA SANARAN CON EL TIEMPO

Por ahora, se espera que su estadía en el Hospital Bloom sea de un mes más.

Luego será necesario un período de terapia física en el que la niña recuperará la seguridad en sus movimientos.

Lo único que le desagrada a Guisselle de permanecer en el Hospital Bloom es el hecho de estar acostada todo el tiempo.

“Extraño mi cama y a mis primos fregando”, cuenta Guissell, quien el día de ayer se quedó sin televisor, porque un apagón arruinó el que estaba en su cuarto.

Guissell está aislada del resto del piso. Pero una puerta no puede contener su simpatía. Ella ha logrado hacerse de amistades y a cada momento enfermeras y médicos se acercan para saludarla, gesto al que ella responde con besos y sonrisas enviadas a distancia.  

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