Dedicado a: Mario J. Ruiz López
No sé decir
hasta pronto o, tal vez,
decir adiós… para desaparecer
por siempre de tu vida.
Después de todo lo que regale:
mis ojos se clavaban en ti
y el día, sin ver siquiera tu sombra
era eterno.
Mi sonrisa
porque cada vez que pensaba en ti
sonreía y al estar a tu lado
todo era felicidad,
sin importar lo demás.
Y un pedacito de mi corazón
lo reservé especialmente
porque esperaba a alguien
tan especial, como lo fuiste para mí.
Estaba dispuesta a entregar mi vida
a cambio de tenerte aquí a mi lado,
y el hechizo de amor que conjurarte
para atraer a esta pequeña
que sin ti no era nada.
Pero por desgracia
tú no eres para mí
porque has encontrado a alguien
¡no mejor que yo!, he de decirte…
soy única, aunque con defectos y virtudes,
pero soy única,
y habrá muchas más mujeres
pero nunca encontrarás
a alguien como yo.
Marisol Gaitán Tapia
Masatepe, Nicaragua