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En León Viejo se pueden admirar las ruinas de la Iglesia La Merced.

Las ruinas de León Viejo

Orlando ValenzuelaEspecial/[email protected] El complejo de las ruinas de León Viejo representa el mayor testimonio de la herencia colonial española en Nicaragua y según palabras de Guillermo Bobadilla, del equipo de guías turísticos que atienden a los visitantes, es como un inmenso laboratorio donde apenas se han abierto las puertas a esos tesoros históricos por tanto […]

Orlando ValenzuelaEspecial/[email protected]

El complejo de las ruinas de León Viejo representa el mayor testimonio de la herencia colonial española en Nicaragua y según palabras de Guillermo Bobadilla, del equipo de guías turísticos que atienden a los visitantes, es como un inmenso laboratorio donde apenas se han abierto las puertas a esos tesoros históricos por tanto tiempo ocultos bajo las cenizas del Momotombo.

La entrada cuesta 10 córdobas por persona, y un guía turístico va indicando al visitante detalles históricos de cada una de las construcciones de la fantasmal ciudad.

A la izquierda de la entrada al complejo histórico se encuentran las ruinas de la que fue la primera Catedral de León, bautizada con el nombre de Santa María de la Gracia, construida con paredes de ladrillos con mezcla de talpuja o adobes y techo de tejas de barro, la que tuvo una vida de 82 años, ya que fue construida en 1528 y desapareció con la ciudad cuando ocurrió la erupción del Momotombo en 1610.

La ciudad entonces medía 3 kilómetros cuadrados donde vivían 15 mil indígenas y 60 familias españolas, según el censo de la época, aunque en realidad había más nativos porque los españoles sólo tomaban en cuenta a las personas aptas para trabajar, no así a las mujeres, niños ni ancianos.

A la derecha de lo que fue la Calle Real se encuentra el Memorial a los fundadores españoles de León Santiago de los Caballeros (1524-1610), que era el nombre original de la ciudad.

El monumento consiste en una estatua del conquistador español Francisco Hernández de Córdoba montado sobre una base de concreto, en cuyo interior se encuentran once pequeñas criptas que contienen los restos de igual número de españoles encontrados durante las últimas excavaciones.

Entre los ilustres huéspedes de este mausoleo se encuentran los restos de Pedrarias Dávila, primer gobernador de Nicaragua y también los restos de Francisco Hernández de Córdoba, fundador de las ciudades de Granada y la misma ciudad de León, quien murió decapitado por orden de Pedrarias, que tenía celos políticos de Hernández de Córdoba.

Sobre la misma Calle Real, pero a unos 50 metros a la izquierda de la Catedral, se encuentran los muros de lo que fue el “Banco” de la época, llamado Casa Real de Fundición del oro, también conocida como la ‘casa de los aullidos’ porque en ella se marcaba a los indígenas que luego eran vendidos como piezas de exportación a Perú o Panamá.

Cruzando al otro lado de la Calle Real se encuentran los vestigios de la que fue casa de don Gonzalo Cano. Que era después del Gobernador, el más adinerado de la ciudad, quien construyó su casa en estilo árabe, en 1533, donde sobresalía por su originalidad una recepción, una sala de baile y la caballería al centro de la propiedad, concebida seguramente con fines de defensa.

Pero sin duda, una de las construcciones más importantes de la ciudad lo constituyó la iglesia La Merced, cuyas monumentales ruinas fueron las primeras en ser descubiertas en 1967 y donde se encontró la cripta que contenía los restos de Pedrarias Dávila y Francisco Hernández de Córdoba.

El hallazgo de estos retos mortales confirma la costumbre de la época, en la cual los personajes de la ciudad al morir, según su estatus social o económico, eran enterrados dentro o fuera de los altares de las iglesias.   

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