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Brooklyn Rivera, dirigente Yatama, reunido con Alfonso Robelo y Edén Pastora, jefes de Arde, en el Atlántico Sur, durante los primeros años de la década de los 80.

Yátama, una historia de resistencia

Eduardo Marenco [email protected] La historia de Yatama es la historia de la resistencia del pueblo miskito. Los antecedentes de esta organización se remontan a los años setenta cuando fue creada la Alianza para el Progreso de los Misquitos y Sumos (ALPROMISU), para solicitar respuestas al dictador Anastasio Somoza Debayle, a los problemas de la Costa […]

Eduardo Marenco [email protected]

La historia de Yatama es la historia de la resistencia del pueblo miskito.

Los antecedentes de esta organización se remontan a los años setenta cuando fue creada la Alianza para el Progreso de los Misquitos y Sumos (ALPROMISU), para solicitar respuestas al dictador Anastasio Somoza Debayle, a los problemas de la Costa Atlántica.

Posteriormente, a finales de los setenta, los entonces estudiantes universitarios Steadman Fagoth Müller y Brooklyn Rivera conformaron MISURASATA -acrónimo de las palabras Misquitos, Sumo, Rama- organización mediante la cual apoyaron la insurrección contra la dictadura somocista, a pesar de que la Costa Atlántica no estuvo invadida por el espectro de la guerra.

Fagoth fue nombrado representante de Misurasata ante el Consejo de Estado de la revolución.

Sin embargo, los primeros enfrentamientos entre los sandinistas y los miskitos se produjeron tan sólo dos meses después -en septiembre de 1979- cuando unos treinta miskitos fueron rodeados por tropas del Ejército Popular Sandinista y acusados de actividades contrarrevolucionarias.

MILITARIZACION DE LA COSTA ATLANTICA

Para fines de 1979 el EPS ya había acantonado a unos siete mil hombres en la zona atlántica, sobre todo en Puerto Cabezas. Luego llegó una avanzadilla de médicos y profesores cubanos. A finales de 1980 se dieron las primeras protestas en Bluefields por la presencia de los cubanos.

Según Shirley Christian, ex corresponsal de Associated Press en América Latina, se produjo un alto ausentismo de los niños misquitos a las escuelas porque sus padres consideraban muy partidista la educación que se les daba. Al mismo tiempo, en enero de 1981 un joven miskito fue herido por tropas sandinistas y la población acusó a un médico cubano de no quererlo atender.

El sandinismo decidió no apoyar la demanda de autonomía por parte de la población miskita y ya para enero de 1981, según el libro de Christian “Revolución en la Familia”, “los jefes de Misurasata decidieron declarar abiertamente la guerra política al sandinismo, según palabras de Fagoth”.

UN CHOQUE POLITICO Y CULTURAL

En febrero de 1981, los miskitos celebrarían la conclusión de la campaña de alfabetización en su idioma pero Steadman Fagoth -acusado de haber sido informante de Somoza- fue detenido junto a unos treinta líderes miskitos, horas antes del mitin en Puerto Cabezas, lo que generó múltiples protestas.

Ya para entonces Misurasata se había separado del Consejo de Estado de la revolución sandinista. Pocos días después, soldados sandinistas irrumpieron en una iglesia morava de Prinzapolka en la búsqueda de Elmer Prado, uno de los jefes de Misurasata, provocando una masacre en la que murieron cuatro miskitos y cuatro soldados dentro del templo.

Fagoth fue liberado el seis de mayo de 1981 huyendo luego a Puerto Cabezas y posteriormente a Honduras, desde donde enviaría mensajes por medio de la radio contra, 15 de Septiembre.

“Los arrestos y los fusilamientos durante la primera mitad de 1981 motivaron una huida masiva de miskitos a Honduras”, señala Christian, ganadora del premio Pulitzer por sus reportajes sobre los primeros años de la revolución sandinista.

“NAVIDAD ROJA”

Los sandinistas militarizaron la región, se fortaleció la presencia de la Seguridad del Estado y los miskitos percibían que los revolucionarios eran ateos y antirreligiosos, lo cual iba en contra de sus propias creencias.

Centenares de miskitos se armaron e iniciaron la confrontación con las tropas sandinistas mediante emboscadas en el Río Coco, de modo que en el período de noviembre de 1981 a enero de 1982, un total de cuarenta y cinco soldados y quince civiles habían resultado muertos en los ataques de lo que sería llamado “Navidad Roja”, una masiva operación militar del EPS.

Más de cien miskitos fueron encarcelados y más de sesenta fueron juzgados, llovieron las denuncias de ejecuciones sumarias y fusilamientos a orillas del río Coco por parte de tropas sandinistas.

Luego inició el “reasentamiento” forzoso de unos 8,500 miskitos de las orillas del río Coco, perdiendo su ganado y siendo sus hogares incendiados por los soldados sandinistas. El objetivo era evitar que sirvieran de apoyo logístico a la contra. Fueron reubicados en cinco campamentos a setenta kilómetros de la frontera, que los sandinistas llamaron “Tasba Pri”, (tierra prometida, en lengua miskita).

Para 1984, se estimaba que el número de ramas, miskitos y sumos en el exilio era superior a los 25,000 y que el número de miskitos en los llamados “campos de concentración” como los de Tasba Pri eran unos 20,000 indígenas. Los sandinistas les llamaban “colonias agrícolas”.

SANDINISTAS OBLIGADOS A NEGOCIAR LA PAZ

Ante la necesidad de lograr la paz, los sandinistas sostuvieron un diálogo con Yatama entre el 25 de enero y el dos de febrero de 1988. Un primer acuerdo fue suscrito el dos de febrero de 1988 entre Tomás Borge, entonces ministro del Interior y Brooklyn Rivera.

Entre los acuerdos, destaca el reconocimiento por parte del gobierno sandinista de los derechos de los pueblos del atlántico para ejercer su autonomía, consistente en el derecho de determinar su desarrollo cultural, político, económico, educativo y religioso, de acuerdo a sus tradiciones y valores étnicos.

También se acordó un cese al fuego temporal y respetar la reincorporación de Yatama a la vida civil. El gobierno sandinista también se comprometió a respetar los derechos comunales sobre tierras, lagunas y ríos; así como a apoyar la búsqueda de cooperación internacional para la reconstrucción de la Costa Atlántica.

La desmovilización de Yatama fue propuesta para el año de 1989, siendo verificado este proceso por la Iglesia Morava y el CEPAD.

Entre las garantías que exigió Yatama para su desmovilización están: garantías a la seguridad física de los líderes indígenas y creoles para retornar a sus localidades, garantías políticas de reincorporación a la vida política de su pueblo, garantías de apoyo financiero a la situación de emergencia para la reconstrucción de la Costa Atlántica.

YATAMA TUVO A 5,000 HOMBRES EN SUS FILAS

Yatama llegó a aglomerar a unos 5,000 hombres bajo sus filas, al norte y al sur de la Costa Atlántica. Sus territorios naturales fueron Prinzapolka, Río Coco, Bonanza, Musawás y Waspam, explicó el diputado sandinista José González, quien participó en el proceso de negociaciones para las primeras desmovilizaciones de Yatama, el 17 de mayo de 1985.

Los Yatama tuvieron acceso al armamento que el Pentágono distribuyó a la contra, señaló González, tales como ametralladoras, fusiles M-16, FAL, lanzagranadas y lanchas rápidas.

A nivel militar, eran conocidos como Misura al norte, lidereados por Steadman Fagoth y por Misurasata, lidereados por Brooklyn Rivera al sur. Al iniciarse las negociaciones, se presentaron unidos bajo el nombre de Yatama (Organización de las Naciones Unidas de la Madre Tierra).

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