Ella: porque no sabía
de mi existencia,
porque nunca supo
lo que sentía,
porque sin escrúpulos
la amé; día a día.
Porque sin saberlo
me enamoré de ella,
porque sin serlo;
se me escapó
como centella.
Y yo: ¿por qué me hice ilusiones con ella?
porque no sabía que era mentira,
porque en mi corazón brilló una estrella,
porque sus palabras; eran la dulce melodía de
la lira.
Hoy: ¿por qué escribo un poema a ella?
porque sin serlo: ¡sé que la amo!
Marvin Calero
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