Tito Rondó[email protected]
El sábado pasado el Bóer no se presentó a jugar en Estelí, y el único umpire que llegó cantó el forfeit. La federación de béisbol Feniba todavía no se ha pronunciado.
ANALICEMOS
El viernes a mediodía Carlos García recibió una llamada de un directivo del Bóer. Aparentemente, el directivo tenía miedo de que ocurrieran disturbios el sábado en la ciudad norteña precipitados precisamente por la presencia del equipo, y le pedía a la presidencia de la liga cancelar el partido.
Carlos García no lo quiso hacer, por lo menos en ese momento. El reglamento habla de 72 horas de anticipación para hacer cambios en el cuadro de juegos, y el país lucía en calma.
El Bóer entonces informó públicamente que no se presentaría, explicando que muchos de sus peloteros tenían obligaciones que cumplir desde temprano el domingo y no podían viajar a Estelí.
El viernes ya tarde, Feniba sacó un comunicado informando del caso, en el que ni autorizaba ni cancelaba el partido.
Ese mismo día, casi en la noche, la presidencia de la liga dio orden que se le dijera a los umpires que no viajaran a Estelí. Tres de los cuatro recibieron el mensaje.
Al día siguiente, el Estelí abrió las puertas, vendió boletos, y el único umpire que llegó le cantó forfeit al Bóer.
En comunicado fechado el domingo, Feniba informó que el Estelí reclamaba que le adjudicaran el partido, y pasó el caso a la Comisión Técnica para su investigación y recomendación. Donde está.
Indiscutiblemente estos son casos difíciles, de fuerza mayor diría yo.
La presidencia de la liga, una vez que dio la orden que no fueran los jueces estaba cancelando “de facto” el partido, por lo que no puede haber forfeit.
El Bóer se hace acreedor de una sanción administrativa al romper la regla de las 72 horas, pero que se debe dejar en suspenso por ser caso de fuerza mayor (así lo admitió Feniba implícitamente al ordenarle a los umpires que no fueran).
El Estelí es la víctima inocente de este caso, ya que la presidencia de la liga debió haber avisado públicamente de la cancelación del juego al mismo tiempo que tomaba la decisión de no mandar jueces.
El umpire que fue actuó bien al cantar el forfeit, ya que no había comunicado público de la cancelación del juego.
La presidencia de la liga se hace acreedora de un autocastigo por no actuar a tiempo, pero no tengo ni idea qué pueda ser…
EL PREMUNDIAL
Muy bien Carlos García por lograr que República Dominicana y Antillas Holandesas intercambiaran grupos, aunque los isleños padecen una verdadera fiebre de béisbol desde que Andruw Jones dio sus jonrones en la Serie Mundial de 1996, y tienen más profesionales que Nicaragua.
Urge empujar a nuestros profesionales para que pidan permiso de jugar en Panamá.