Edgard Tijerino M [email protected]
Estoy en el campo de adiestramiento de la Selección Nacional de beisbol, y no encuentro señal alguna que eso sea cierto…Sencillamente me resisto a creer que esta frialdad, la mecanización, los gestos, correspondan a algo que se debería estarse haciendo con alegría.
¿Cómo voy a olvidar lo que era un “operativo” Selección Nacional en los inicios de la década de los 70?…Por favor, eso era una agitación nacional, todos nos sentíamos uniformados, el interés de los peloteros derrotaba por nocáut todo tipo de inconvenientes, el país vibraba.
Antes de ir al Mundial de Colombia en 1970, la Selección Nacional fue estructurada en un debate televisado, en otro de los inventos de Carlos García para captar la mayor atención posible…Todos estuvimos pendientes y el único punto neurálgico fue el catcher titular. ¿Por qué colocar a Vicente delante de Chester Davis, si el enmascarado del Flor de Caña tenía una gran ventaja en cifras ofensivas y era responsable en la defensa, aunque no comparable en este aspecto con López?…De pronto, Nicolás Bolaños el manager, era el personaje mas controversial de Nicaragua. La pasión alcanzaba la inmensidad de un oceáno.
Cuando en 1971, Agüero y Somoza se sentaron para el Pacto de la Nunciatura, el país estaba atrapado por el Torneo de la Amistad, otro invento de Carlos…Los puntos del pacto no parecieron tan importantes como el avance invicto de la Selección y el no hitter de Sergio Lacayo…Fuimos a Costa Rica a una serie y ahí estaban los aficionados nicas que viajaron desde diferentes puntos de nuestro terruño, instalados en las tribunas del “Escarré”.
¿Y que decir de la fiebre de 1972?…Cuando se armó la Selección, Castaño casi enloquece entre un oleaje de polémicas. Juárez no pudo ir a Dominicana y la discusión sobre el pitcher reemplazo fue interminable. Ahí estaban los chavalos Denis Martínez y Antonio Chévez como brzzos seguros…Se le ganó a Cuba 5-4 y el país no durmió.
Cuando se excluye a Cirilo por asuntos de disciplina, el alboroto marco 9 en la escala Richter…Uno de los dos mejores bateadores de Nicaragua fuera del equipo. ¿Se imaginan eso?. ¡Cómo incidía el beisbol en éste país!. De hecho, todos vivíamos con los spikes puestos.
Porbre Porfirio, no alcanzó en aquel fantasioso staff.
Ah tiempos aquellos…La Selección Nacional era un bendito tesoro, siempre acompañada de fanáticos en cada uno de los viajes.
En la década de los 80, cuando se ganó la medalla de plata en Caracas, parecía que habíamos obtenido unos tres premios Nobel o descubierto petróleo en cada una de las cabeceras departamentales. Mas allá del mar de dificultades, estaba la alegría, el orgullo, la satisfacción.
Poco a poco, las perspectivas fueron tranformándose hasta llegar a esta preocupante apatía. Carlos García se vió obligado a elaborar un comunicado advirtiendo que podríamos renunciar a nuestra participación en el Premundial de Panamá…El problema se superó ayer y el viaje quedó confirmado, pero se necesita apoyo financiero y darle más forma y fondo al equipo.
Okey, iremos, pero de aquel entusiasmo, de aquella expectación, de ese interés que nos atrapaba, queda muy poco.
“Es el profesionalismo”, me decía un oyente en Doble Play…Rechazó eso después de haber visto a Jordan, a Sampras, a Rose, a Marino…Lo que ocurre es que en medio del deterioro de valores en éste debilitado país, el beisbol tambien ha sido severamente afectado. El interés se ha desviado, y el esfuerzo no se ha canalizado.
Uno llega hoy al entrenamiento de la Selección, y la obligación reemplaza a la alegría de estar ahí, peleando por un puesto…¿Qué se hizo el orgullo y la ansiedad de vestir la camiseta nacional?…¿Y aquella pasión desbordada que mostrábamos los hombres de prensa y radio?.
El “operativo” Selección Nacional, necesita una transfusión de sangre…El equipo se ve pálido, el uniforme desteñido, la fanaticada sin energías y el periodismo sin baterías…Ni más, ni menos.