Edgard Tijerino M [email protected]
Acercándose a su cierre este agitado 2000, la página en Internet “Fuera seconds”, nos ofrece la penúltima entrega del ranking libra por libra colocando al boricua Tito Trinidad como número uno, seguido de Shane Mosley y Roy Jones… Detrás, Oscar de la Hoya en el cuarto peldaño, Fernando Vargas, Naseem Hamed, Lennox Lewis, Erick Morales, Floyd Maywether y Ricardo Finito López… Para quiénes preguntan por ¿Alguién más?, aparecen los nombres de Marco Antonio Barrera y Diego Corrales en las posiciones 11 y 12.
Si consideramos a De la Hoya y Vargas como latinos, encontramos que 6 de los 12 mencionados tienen sangre más caliente, es decir de esa que circula por estos lados.
¿Qué pienso de este escalafón por siempre subjetivo, contradictorio con otros, abierto a discusiones?
Obviamente Trinidad se ha ganado un justificado un respeto y Mosley provocó el más grande impacto del 2000 atropellando a De la Hoya en un cierre de ribetes tan dramáticos como espectaculares.
Vencedor de Whitaker, de Carr, de Oscar y de Reid, el boricua Trinidad, de brazos largos y veloces, capaces de construir violentas y precisas combinaciones, es considerado lo suficientemente sólido y lo necesariamente eficiente para instalarlo en la cima de las valoraciones… Se trata, sin duda, de una escogencia próxima a la certeza en estos momentos, antes de verlo encerrarse en un ring con el ansioso, agresivo y ambicioso Fernando Vargas el 2 de diciembre en Las Vegas, en una pelea que quisiera ver desde las primeras butacas de ring side, pero que no podré hacerlo.
Mosley me impresiona tanto, que temo deslizarme imprudentemente hacia las hipérboles… Esa rapidez de piernas y manos, es quizás ligeramente superior a la que admiramos por largo rato de parte de Ray “Sugar” Leonard… Sus repeticiones de golpes sólo pueden captarse viendo las imágenes en cámara lenta… ¡Qué facilidad para desbordar señores!… No parece haber forma de atraparlo ni con un grupo de pistoleros entre las cuerdas… Pueden preguntarle a Oscar de la Hoya, y por supuesto, al pobre Antonio Díaz, todavía sometido a encefalogramas.
Colocar a Trinidad delante de Mosley, supone un riesgo, que desaparecerá por un momento, si Tito logra impresionarnos una vez más superando a Fernando Vargas.
¿Y Roy Jones?… Continúa afectado por el viejo y al parecer inextinguible problema: falta de adversarios capaces de exigirle que muestre toda su grandeza… Pero, ¿Acaso se puede discutir la aplastante superioridad de un Campeón que ha atravesado por diferentes divisiones haciendo lucir como sparrings a sus retadores?
Todos queremos ver a Roy Jones frente a pruebas tan difíciles como los trabajos de Hércules que nos relata la mitología… Es decir, como vimos a Leonard derrotando a Durán, Hearns y Hagler, pero ¿Dónde está ese tipo de oposición?… ¿Es culpa de Roy Jones?.
Por supuesto que no, pero tampoco es culpa de los que elaboran este tipo de ranking… Se supone que Jones es mucho más grande de lo que todos creemos, pero todavía no tenemos pruebas fehacientes de que puede salir ileso del laberinto dejando el cadáver del Minotauro como lo hizo Teseo.
Pobre Roy Jones… El tiempo pasa, como se lamentaba Bogart en Casablanca, las facultades se desvanecen, y ese divino tesoro que es la juventud, a la que cantó Rubén, se va para no volver.
Trinidad y De la Hoya han superado terribles obstáculos, Mosley ya comenzó, Vargas lo intentará, pero Roy Jones sigue buscando al Cíclope para clavarle la estaca y mostrarnos que tan grande verdaderamente es.