Hoy en tierras lejanas
sigo siendo el mismo
y sigo siendo extraño
ajeno a toda la tierra
desconocido en todas partes
parte de esta tierra,
parte de la otra.
Mi espíritu es un
fantasma errante que
lucha por encontrarse y
por encontrarte.
Una mitad de mi pasado
es polvo, la otra mitad
es cenizas que resultan
mis constantes marchas,
por los senderos que se
queman a mi paso.
Y los otros, los que aún
no conozco, me están
esperando empolvados
para cantar mi camino
para hacerme extranjero.
Mi cuerpo es un armatoste
de huesos descarnados
sin energía sangre,
dulce vid de la existencia
extraña de otras cosas,
sin nada
un tormento eterno de
interminable llanto, de
falta de existencia,
falto de memoria y escaso
de fuerzas para encontrar
mi cuna, mi simientes
algún detalle, una palabra,
una frase que me haga
igual a todos, semejante
a ti.
Luis Alfredo Ortega Castro
Jinotega, Nicaragua