Edgard Tijerino M. [email protected]
En las puertas del Premundial del 2000, el interés por la Selección Nacional vuelve a atraparnos… No tanto como en aquella inolvidable década de los 70, cuando todos nos sentíamos managers del equipo, y discutíamos sin agotarnos y sufríamos hasta sangrar, pero con un interés que ha sido revitalizado por un grupo de peloteros bravo y capaz, como me decía Toruño hace unos días.
El objetivo fundamental es clasificar, algo que Carlos García considera muy factible, casi un hecho, aunque se necesita algo más que derrotar hoy al equipo guatemalteco y mañana a los argentinos… Después, nos esperan con los puños crispados y los dientes apretados, Venezuela y Canadá.
¿Cómo se ve la tropa pinolera?
A simple vista, con el nivel de competencia requerido… Una buena rotación de abridores lamentando la ausencia de nuestra mejor pistola, Vicente Padilla; un infield de excelente funcionamiento más allá de la pérdida de un guante tan importante como el de Bayardo Dávila; buena cobertura en los jardines; un lead off lo necesariamente agresivo y un line-up que se ve bien configurado.
¿No se nos queda algo?
Ah, sí… El bullpen… ¿Qué tan confiable parece ser?
Constantemente éste ha sido un punto vulnerable, y aunque Ramiro no cree que sea “su talón”, se presenta abierto a debate.
¿Quién para frenar el ímpetu del adversario, o garantizar una pequeña diferencia, o sacar un par de outs claves, o cerrar el juego con autoridad?
“Sin un buen bullpen, no podés planear ir hacia el éxito en el béisbol actual”, dice Joe Torre, cruzando los dedos con la esperanza de ver a los Yanquis retener a Jeff Nelson… Wetteland primero y Rivera después, han sido factores decisivos en las cuatro coronas de los “Bombarderos” entre 1996 y el 2000… ¿Tenemos por aquí un rematador con corazón de León, garras de Aguila y astucia de Zorro?.
Con Francisco Rayo tomando el sitio de Dávila, el timonel Toruño tendrá a 5 brazos disponibles para las faenas de relevo, es decir ablandamiento, sostenimiento, saca-clavos y pónganle sello.
¿Algún relevista tipo Herradora, Dávila, Julio Espinosa y Ráudez?…¿Cuántas amarguras hemos acumulado a consecuencia de la inseguridad del taponeo?
Con Asdrudes, Cairo, Diego Sandino y Oswaldo, tenemos una consistente rotación, pero ¿cuál es el factor de seguridad detrás de ellos?
Oscar Torres y Alvaro López, un zurdo y un derecho, pueden asumir la responsabilidad en trabajos largos, ya sea de sostenimiento o de oxigenación frente a las angustias…Julio Rivas y Rayo, pueden ir al remate, en tanto Wilfredo Amador, envuelto en una interrogación, permanecerá a la expectativa.
Hay más historias negras que remarcables en el repaso de nuestros intentos de salvar juegos, pero Toruño confía que el bullpen responderá a las exigencias.
El infield se ve sólido y flexible, uno de los mejores que podamos imaginar aún sin Dávila: Roa en tercera, Edgard López en ese terreno propicio para las acrobacias que es el campo corto, Norman en segunda, Nemesio siempre eficaz y espectacular en primera, y Avellán como factor de seguridad… Robando hits, desvaneciendo peligros, simplificando, la utilidad del cuadro interior debe ser mayúscula.
Hodgson, Sotelo, Sandy y Padilla en los bosques, y la esperanza que ofensivamente, los productores no sean amordazados… Norman, Roa, Nemesio, Próspero y Abea, estarán en el corazón del line-up, para rugir no para roncar.
Un buen equipo frente a una obligación: derrotar a Guatemala y Argentina y tratar de saltar sobre Venezuela y Canadá.
Como dice Carlos García, es factible, y no sería propiamente una proeza.