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La Virgen de La Concepción de El Viejo es una de las imágenes religiosas más antiguas y veneradas de Nicaragua.

El Viejo: Cuna del Cacique Agateyte

Esta ciudad tiene una historia de más de cuatrocientos años; a pesar de estos casi cinco siglos, El Viejo sigue siendo una ciudad provincial. En estos días este municipio, ubicado a 139 kilómetros de Managua, se convierte en el centro de la atracción religiosa más importante del país, pues se le profesa el más digno […]

  • Esta ciudad tiene una historia de más de cuatrocientos años; a pesar de estos casi cinco siglos, El Viejo sigue siendo una ciudad provincial. En estos días este municipio, ubicado a 139 kilómetros de Managua, se convierte en el centro de la atracción religiosa más importante del país, pues se le profesa el más digno homenaje a la Patrona de Nicaragua: La Inmaculada Concepción

Orlando Valenzuelay Carol Munguía

El viejo está de fiesta. En la cuna del Cacique indígena Agateyte, los habitantes de esta milenaria población celebran sus fiestas patronales en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción, y es una de las fiestas religiosas más famosas de todo Nicaragua.

El Viejo, ubicado a 139 kilómetros de nuestra capital, es el municipio más extenso de Chinandega y cuenta con más de 80 mil habitantes.

La mayoría de sus pobladores están asentados en la zona rural, donde se produce ajonjolí, maní, soya, caña de azúcar, banano, arroz, tabaco y granos básicos.

El Viejo es una ciudad que, como su nombre lo indica, es una de las más viejas de Nicaragua, ya que el pasado 4 de marzo cumplió 132 años de haber sido elevada de la categoría de pueblo, a ciudad.

Esta ciudad tiene una historia de más de cuatrocientos años, pues hay que recordar que para 1522 en estas planicies de Tezoatega, el historiador español Gonzalo Fernández de Oviedo ya hablaba de un valiente cacique que dominaba esta región, llamado Agateyte.

A pesar de estos casi cinco siglos, El Viejo sigue siendo una ciudad provincial, donde aún en las calles faltan señales de tránsito. Aquí la gente puede sentarse a la orilla de las aceras para ver pasar a sus paisanos y también se puede detener en cualquier esquina a comer un buen vigorón o carne asada en las fritangas que abundan por toda la ciudad.

LOS MILAGROS DE LA PLATA

Desde que el cristianismo llegó a nuestro continente, la población indígena fue obligada a dejar de creer en ídolos de piedra y madera con representaciones morfológicas de animales y otras deidades, para aceptar la nueva religión.

Cinco siglos después que el cristianismo llego a nuestro continente la población creyente cris se aferra a la fe que tiene en la Corte Celestial, por eso, cuando tiene algún problema o sufre alguna fatalidad, recurre al santo de su devoción para pedirle interceda en su defensa, concediéndole un “milagro” para recuperar salud, bienestar, amor perdido, libertad, bonanza económica, seguridad familiar, etc.

Para pagar estos favores celestiales, los solicitantes depositan en el nicho del santo milagroso un “milagro” hecho de plata, que representa la parte del cuerpo, en caso de enfermedad, o el tema de su petición satisfecha o por cumplirse.

Así se pueden encontrar en los templos de todo Nicaragua, santos llenos de bracitos, manitos, enfermos en cama, ojos, pies, corazones y otros órganos en miniatura labrados en plata, los que representan las partes afectadas de parientes por los que se pide la intervención divina para su recuperación.

También se pueden encontrar bueyes, perros, casitas, mujercitas, varoncitos, carros, avioncitos, manos, cabecitas, soldados, cañones, chanchitos, vaquitas, barquitos, familias, espadas, los que se prenden en el manto de la Virgen o son pegados en alguna parte que pertenezca a la imagen de la que el promesante es devoto.

LA CAPITAL DEL MARIANISMO

Y es que por casi 20 días, El Viejo se convierte en el centro de la atracción religiosa más importante del país: el digno homenaje a Nuestra Señora del Trono, Patrona de Nicaragua.

Las actividades religiosas se iniciaron con la salida de la Virgen del Hato, desde su santuario en una localidad situada a 50 kilómetros de El Viejo, luego con la inauguración de la Primera Exposición de Arte Sacro y Orfebrería, el novenario viviente a la Virgen de La Concepción del Trono, hasta culminar con la tradicional “lavada de la plata”, a realizarse como todos los años, el 6 de diciembre.

Peregrinaciones, romerías, cánticos y oraciones acompañan a los promesantes que este año suman más. Se espera que unas diez mil personas visiten La Basílica Menor, un templo de vieja data que construyeron los españoles a su llegada a América y en donde se le rinde tributo a la madre del Redentor del Mundo.

Este es el inicio de la preparación de los devotos marianos para su propia conversión, actividad con la que cierra la Iglesia Católica el Año Jubilar.

LA LAVADA DE LA PLATA

Una de las tradicionales fiestas de mayor concurrencia en el país es la “lavada de la plata”, que se desarrolla el 6 de diciembre, posterior al novenario que todas los días antecede a la mayúscula actividad, quizás la más organizada y asistida del todo el país.

Para el Obispo de la Diócesis de Occidente, Monseñor Cesar Bosco Vivas Robelo, la “lavada de la plata” podría remontarse desde el Evangelio. La Virgen María ocupa un prominente lugar en la vida del Redentor y es la persona que lo acompañó hasta la Cruz.

La Virgen María vino a América con nuestra religión y continúa estando en el corazón de quienes aceptamos su lugar como madre de Dios, dijo el prelado.

La “lavada de la plata” es un signo de entrega que los cristianos damos a la madre del Creador, a ella le pertenecemos y como buenos hijos cuidamos de sus pertenencias, la atendemos como se atiende a una madre, de quien siempre esperamos una respuesta a nuestras necesidades, manifestó.

HISTORIA DE LA VIRGEN DEL TRONO

La antigua historia y el fervor religioso de la Santísima Virgen del Trono, Nuestra Señora de El Viejo, tiene su arraigo siglos atrás. Con toda probabilidad se asegura que el templo está ubicado en el espacio geográfico que perteneció al poderoso Cacique Agateyte, que dominó El Viejo, en su vasta extensión de 1306 kilómetros cuadrados, el mayor de los trece municipios de Chinandega.

La imagen fue traída a nuestras tierras por Pedro de Ahumada, a su paso por Nicaragua donde se detuvo en El Realejo y El Viejo entre los años 1562 ó 1563.

La Virgen es vestida el 5 de diciembre, en una ceremonia especial donde participan la Mayordoma de las fiestas, Odily Orellana Zapata y algunas Hijas de María de mayor trayectoria en la organización.

La vestimenta se corta en pequeños trozos, los cuales se entregan a las personas más devotas y son guardados como reliquias o como recuerdo de la visita a estos actos piadosos.

El 6 de diciembre, momentos antes de la “lavada de la plata”, se realiza la bajada de la Virgen, de manos del Obispo de la Diócesis, ante los feligreses que en un mar humano visitan el Santuario nacional. Es un acto lleno de júbilo y donde muchos de los presentes emocionados derraman lágrimas.

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