Los parques municipales son para el recreo y sano esparcimiento de la población, sobre todo de aquella que viviendo en casas estrechas y vecindarios sin áreas verdes, buscan un lugar donde puedan pasar un rato agradable, de sana contemplación y sus niños puedan jugar sin riesgo alguno y sin malos ejemplos. La gran masa de la población que no posee un vehículo para pasear, ni tiene casas de campo, ni quintas en el mar, es la que busca los parques, sobre todo los días domingo.
Situados casi todos los parques frente a las iglesias y los edificios públicos, incluyendo las alcaldías y con su indispensable kiosco en el centro, fueron desde el tiempo de la Colonia y de la Independencia y la República, el lugar obligado de reunión de los pobladores que concurrían ansiosos a escuchar la música de las bandas municipales y aquí en Managua, la Banda de los Supremos Poderes, que desde los kioscos difundían las alegres notas musicales de la época.
Actualmente los parques municipales dejan mucho que desear de los que fueron antaño (con la notable excepción del Parque Municipal de la ciudad de Juigalpa), pues son lugar favorito de pirucas, carteristas y vagos que utilizan ese lugar como su campo de operaciones y hasta de dormitorio y servicio sanitario. Da mucha pena ver a vagos sentados en el respaldar de las bancas y plantar los pies en el asiento.
El turista nacional y extranjero sólo observa y se ahuyenta de esos lugares, formándose su propio juicio totalmente negativo de una buena administración edilicia y del país en general, pues es bien sabido que los lugares públicos como los parques son el espejo de la nación.
Ahora que se avecina la fecha en que los alcaldes triunfadores de los diferentes partidos políticos asumirán la silla edilicia, es la oportunidad de cambiar la imagen de los parques, haciéndolos sitios atractivos para la población, organizando festivales musicales, exhibiciones de arte, bailes folklóricos, etc., así como programar música para todos los gustos, ciertos días de la semana por las tardes y sobre todo los domingos. Estas consideraciones no son utópicas pues en la ciudad de Juigalpa existe el Parque Municipal ideal, obra de un gran alcalde que fue Isaac D’Leo, quien convirtió ese lugar en un sitio de recreación de la juventud, la cual se reúne todas las tardes a conversar y escuchar música, la mEusica es puesta desde las 5 de la tarde hasta las 8 p.m., pues consta dicho parque con una muy buena iluminación, vigilancia por policía municipal uniformado y preparado para cualquier eventualidad. Las áreas verdes están bien cuidadas y las bancas muy limpias, ahí se nota que hay orden. Hay un local para los lustradores y un monumento dedicado al niño lustrador, pues el alcalde D’Leo fue uno de ellos. El kiosco es el mejor de la República y en su sótano hay biblioteca para los niños, así como un aparato de sonido con música para todos los gustos y para deleite de todos los que concurren al parque.
Todos los alcaldes pueden pasar a ser recordados con cariño por las generaciones venideras como el alcalde D’Leo, o bien viajar en la nave del olvido.
René Roa Icabalceta
Profesor retirado
Rubenia K-29.