Pensar que te llegué a querer tanto,
tanto a más no poder
y ahora estoy aquí ¡sola!
alimentando a las rosas del pensamiento
y cuidando la vida de mis recuerdos.
¿Recuerdas aquel almendro
que fue testigo de nuestros amores?
¿y aquella sonrisa tierna y confusa
que nos inundaba el alma
al vernos a los ojos y decirnos
una y otra vez te amo?
Es abrumadora esta sentencia
al ya no verte, ni percibir tu olor,
¿será acaso que tanto amor
está prohibido?
Me dijiste que no olvidarás
nada referente a lo nuestro, pero…
acaso ¿ya me olvidaste?
o tal vez ¿será que tus promesas
fueron palabras dichas al azar
o será acaso que ocultas tus sentimientos
en un cofre de cristal?
El tiempo se escurre sigilosamente
y aunque siempre mi mente y corazón
serán tuyos…
El silencio que antes me gustaba contigo,
ahora lo odio sin ti.
Karla Reyes Huete