- “Hay una oportunidad de alzarse sobre el partidismo”, expresó el presidente electo en una entrevista con la revista Time
- Sin embargo, aseguró que va en serio con el recorte de impuestos que propuso en su campaña
NTX
NUEVA YORK.- El presidente electo de Estados Unidos, George W. Bush, afirmó que dedicará una gran parte de sus esfuerzos a reconciliar a los estadounidenses, claramente divididos en dos grupos -demócratas y republicanos- tras la contienda electoral más reñida de la historia.
Entrevistado por Time en sus oficinas de Austin, Texas, Bush habló del significado de los comicios de noviembre.
“Aquí hay una oportunidad para que republicanos y demócratas le demostremos al país que podemos trabajar juntos, que nuestro gobierno federal puede funcionar y alzarse sobre el partidismo. Es una oportunidad única que voy a capturar”, dijo Bush.
Lo extremadamente cerrado de la disputa no es un obstáculo, dijo Bush, sino un impulso “porque nos da la oportunidad de demostrar que podemos dirigir una casa dividida”.
Intereses nacionales, lo más importante
“Hay temas -educar a nuestros niños, cuidar de nuestros ancianos, garantizar que el sistema de pensiones funcione, proteger la paz y nuestra fuerza económica- que son más importantes que aquellos otros que han dividido a la casa”, sostuvo el presidente electo.
Bush propuso un clima de diálogo político en el que escuchará a todas las partes, buscará acuerdos, será comprensivo y compartirá los logros con los demócratas.
Impulsará propuesta de recorte fiscal
Pero, advirtió, eso no significa que su gobierno será de centro.
“Depende cómo se defina el centro. Por ejemplo en materia fiscal. La idea de recortar impuestos no es necesariamente de centro-derecha o de centro-izquierda. Más bien es una póliza de seguros contra una depresión”, aseguró.
Interrogado por Time sobre si la necesidad de gobernar desde el centro significará abandonar la idea del recorte fiscal, Bush dijo que no está dispuesto a negociar la que fue una de las propuestas esenciales de su campaña.
“El recorte no sólo es una oportunidad de expresar nuestra confianza en que la gente maneje su propio dinero, es también una manera de decir que la economía puede estar algo reblandecida”, dijo.
Bush recalcó también ante sus entrevistadores que él considera que los polémicos comicios le dieron un mandato político.
“Estaba yo compitiendo contra un rival formidable, con una economía robusta y un mundo en paz. Y fue necesario algo extraordinario para llevarme a la Presidencia”, sostuvo.
Bush afirmó que tampoco le preocupa que aunque él haya obtenido los votos suficientes del Colegio Electoral, su rival el vicepresidente Al Gore haya ganado el voto popular.
“Realmente no. Si me hubiesen dicho hace 15 meses que iba a ser juzgado en razón de quién ganase el voto popular, tal vez habríamos hecho otro tipo de campaña”, dijo.
CHENEY, HOMBRE CLAVE
Bush también dejó claro que su vicepresidente, Dick Cheney (secretario de Defensa con su padre, el ex presidente George Bush) será un hombre clave en la toma de decisiones de la próxima administración.
“Le escogí porque quiero que cuente con su propio capital político, para que cuando vaya al Capitolio la gente sepa no sólo que él está hablando, sino que trae un mensaje del presidente”, dijo Bush.
“Cheney es un hombre que no quiere ser presidente. Es una relación única, porque la mayoría de los vicepresidentes sí querían”, agregó, aunque luego admitió que él personalmente no es un hombre que vaya a delegar mucho poder.
El estilo de Bush
“Mi estilo de dirección es fijar las metas de forma clara, y luego hacer que la gente se responsabilice de sus actos, pero básicamente confiando en ellos, manteniéndome en contacto con ellos”, recalcó Bush. “La elección fue esencialmente 50-50. Si yo hubiese ganado 51-49, aún habría mucha gente que se preguntaría si soy o no su presidente. Pero mi respuesta es, por supuesto que lo soy”, añadió.
Temen mayor compromiso militar EE.UU. en Colombia
Organizaciones de los derechos humanos y analistas señalaron su temor de que Estados Unidos, con la llegada del republicano George W. Bush al poder, profundice el componente militar del Plan Colombia y perjudique el proceso de paz interna.
Con el nuevo mandato “el apoyo al Plan Colombia se mantendrá, porque el problema de las drogas preocupa a demócratas y republicanos, pero el riesgo de una intervención militar es más alto con Bush en el poder”, explicó a la agencia noticiosa mexicana Notimex el politólogo Gary Hoskin.
Según un documento de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES), la aplicación del Plan Colombia multiplicará la cifra de refugiados en el sur del país, donde se estima hay sembradas más de 70 mil hectáreas de hoja de coca.
El éxodo hacia territorios fronterizos, según CODHES, originaría una eventual confrontación armada entre los batallones antinarcóticos que participen en la erradicación de cultivos ilegales y los frentes rebeldes asentados en las zonas donde se ejecutará el plan.
Washington lanzó el viernes pasado su primera advertencia a través del subsecretario del Departamento de Estado para el control internacional de narcóticos, Randy Beers, quien indicó que si la guerrilla actúa como narcotraficante, será enfrentada por igual. “Si ellos están actuando como traficantes, nosotros los enfrentaremos como tal, pues el problema allí es nuestro también”, sentenció Beers.