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Mario Hurtado: Secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Arroceros (ANAR).

Mario Hurtado: “Producción arrocera va para atrás”

Los productores de arroz han tenido que “llevar a tuto” serios problemas con los últimos tres gobiernos. Al inicio de cada período renace la esperanza de lograr que el rubro realmente se beneficie con medidas económicas, pero a mitad del camino nuevamente son desprotegidos cuando privan intereses de por medio y no hay efectividad en […]

  • Los productores de arroz han tenido que “llevar a tuto” serios problemas con los últimos tres gobiernos. Al inicio de cada período renace la esperanza de lograr que el rubro realmente se beneficie con medidas económicas, pero a mitad del camino nuevamente son desprotegidos cuando privan intereses de por medio y no hay efectividad en la aplicación de políticas para la inversión productiva. Los niveles de producción se han revertido a tal grado que el 20 por ciento que habían logrado crecer en “áreas sembradas” después de 1997, para el 2000 esas fueron contabilizadas como “no sembradas”

María Antonia López [email protected]

Mario Hurtado Cabrera entró a la Asociación de Arroceros por una necesidad experimentada en el gremio para resolver una cantidad de problemas que se les iban acumulando y obligaban a la deserción de los productores de uno de los alimentos más importantes en la dieta de los nicaragüenses.

LP: ¿Usted qué tiempo tiene de ser el secretario ejecutivo de la Asociación?

MH: Aproximadamente cuatro años.

LP: ¿Eso no ha sido calificado como “dictadura”?

MH: No. Porque se necesita a alguien de tiempo completo que esté atento a las cosas. Aquí vamos de brinco en brinco, de crisis en crisis y tiene que estar alguien. Llevamos proyectos financiados por los organismos internacionales, hay que administrarlos, rendir cuentas claras. Un productor tiene que dedicarse a su finca, aquí hay que dedicar tiempo, tener reuniones con los ministros, hacer frente a los problemas día a día.

LP: ¿Cuáles son esas crisis que ha tenido el sector arrocero?

MH: Antes de la década de los 80 el sector agrícola y en particular el arrocero no tenía problemas. Se producía lo necesario para abastecer el consumo del país. En los 80 comienzan las confiscaciones, las limitaciones en tecnología, maquinaria y se reducen las áreas de siembra, así empezamos a ser deficitarios, a depender de las donaciones.

Con el gobierno de doña Violeta Barrios, la situación se revierte un poco. Empieza a mejorar. La gente regresa al país, se comienzan a recuperar las propiedades; se crea un clima de confianza, aumentan las áreas de siembra…

Ibamos bien hasta 1994, cuando en el mismo período de doña Violeta se dio un acuerdo ministerial de economía, permitiendo la introducción libre de aranceles al arroz importado. Todavía no entendemos la lógica de esa decisión. Eso vino a resquebrajar los esfuerzos que venían realizando los arroceros a esa fecha. Tanto es así, que empiezan a caer en mora y quiebran muchos arroceros, lo cual coincide con la creación de la Cobra donde fueron trasladados muchos de nuestros agremiados. Los que sobrevivieron con grandes esfuerzos invirtieron en sus fincas, mejoraron la producción.

En 1996 asume el gobierno el doctor Arnoldo Alemán, quien le da un nuevo impulso al sector agropecuario a través de la Ley de Justicia Tributaria aprobada en 1997, la cual otorgaba grandes beneficios.

A raíz de eso la gente vuelve a tomar confianza en el sistema. Las áreas de siembra de arroz crecen en los primeros años del gobierno del doctor Alemán en un 20 por ciento, pero, paradójicamente por las malas políticas aplicadas, por un lado, dan los incentivos a través de una ley y por otro lado, permiten cosas que van en contra de ese mismo espíritu.

Eso sucedió con la introducción de arroz de Vietnam a Nicaragua, cuando existía una prohibición de los países centroamericanos de importar arroz para evitar las plagas.

Nicaragua dijo olímpicamente que estaban de acuerdo y lo trajeron, ese arroz vale más de la mitad de lo que vale el americano.

Así hemos venido dando tumbos y ya en el año 2000, la realidad es que las áreas arroceras se redujeron un 20 por ciento causado por la acumulación incoherente en las políticas de gobierno para fomentar el desarrollo del sector.

LP: ¿O sea, que el sector retrocedió?

MH: Retrocedimos. Son cosas contradictorias. El año pasado estábamos muy optimistas. Para protegernos de los arroces importados logramos que el Ministerio de Economía y de Agricultura pusieran una salvaguarda al arroz importado en un 45 por ciento de impuesto. Sin embargo, dejan por la libre donaciones que contradicen el mismo espíritu de lo que se quiere proteger y fomentar.

Lo que se ve es que no hay políticas claras, ni definidas de mediano y largo plazo que motiven al productor inversionista a seguir en este rubro.

No ha habido una coherencia clara en políticas de corto y mediano plazo, que motiven e incentiven al productor y al inversionista a seguir en este rubro.

LP: ¿Ya hay productores que han renunciado a cultivar arroz?

MH: Con sólo decir que este año el área de siembra se redujo en un 20 por ciento, cuando en el 99 se sembraron aproximadamente 120 mil manzanas de arroz y ahora andamos por las 97 mil manzanas.

Pero además de dejar de sembrar esas áreas, las tierras quedan ociosas y el productor sigue endeudado y para colmo tenemos que sustituir la demanda nacional con más importaciones. No hay lógica: teniendo tierra y gente capaz, no nos permitan hacerla producir.

LP: ¿Tiene que ver esto con el hecho de que los costos de producción son muy altos y resulta más barato seguir importando?

MH: Los costos de producción son altos, eso influye bastante en la decisión de siembra de un productor, pero como te digo, el productor ha hecho grandes esfuerzos por tecnificarse, por adquirir nuevas tecnologías y lo ha logrado. Los costos disminuyen su rentabilidad, pero lo que termina de acabarlo es la falta de políticas.

LP: Recibieron beneficios con la Ley de Justicia Tributaria, ¿a estas alturas efectivamente siente que fue positivo?

MH: Si hacés un balance del 97 a esta parte, ves que en el año 1997/98 las áreas de siembra se incrementan en un 10 por ciento, pero en el 99/2000 empiezan a decrecer por la falta de políticas específicas al sector. Hay un desorden enorme, el financiamiento es caro, la capacidad de endeudamiento de los productores está topada, no hay créditos a largo plazo para reponer maquinaria ni equipos.

La Ley de Justicia Tributaria exime de impuestos la maquinaria agrícola pero el productor no puede con créditos de dos o tres años para comprar nueva maquinaria, es necesario que sean de largo plazo.

Pero estas crisis en el sector arrocero, han permitido la unión de los arroceros que se han vuelto más productivos, eficientes, se preocupan más por saber qué producto está aplicando a la tierra, porque como antes tenía un buen margen de ganancia no se preocupaban y en ese sentido la asociación ha ayudado mucho a través de la asistencia técnica y asesoría a los miembros y no miembros.

LP: ¿Se puede decir, que no es rentable sembrar arroz?

MH: Depende. Si soy nuevo y empiezo sin arrastre de deudas, sí es rentable. El problema es que de tantas cosas que se vienen trayendo desde el año pasado, el productor con el poco margen de ganancia que tienen no le puede hacer frente en muchos casos al cultivo. No sólo se trata de pagar deudas sino que hay que reponer maquinaria, sobre todo en el arroz de riego que es intensivo en las labores de “fangueo”.

LP: ¿Han hecho planteamientos al gobierno como asociación para encontrar salidas a los problemas?

MH: Hasta el momento sólo han sido soluciones parciales, hemos ido pegando parches para hacerle frente a la competencia desleal. Subieron aranceles, se puso salvaguarda… actualmente estamos trabajando en establecer alianzas entre todos los integrantes de la cadena productiva del arroz, trilladores y comerciantes para eliminar intermediarios, quienes son los que se llevan la ganancia del productor y eso va a redundar en exhibir un mejor precio y va a motivar a la gente y crear confianza, para incentivar la producción.

En este país se importan un millón 200 mil quintales al año. Eso implica que para suplir la demanda nacional necesitamos sembrar unas 15 mil manzanas adicionales, para lo cual se requieren 40 millones de dólares de inversión que en un plazo de cinco años, con políticas claras y de fomento hacia el sector lo podríamos lograr.

Hay inversionistas privados que han traído su propia plata a desarrollar proyectos arroceros que se han decepcionado.

LP: ¿Las condiciones de los arroceros grandes y pequeños son similares?

MH: Sufren igual, el grande cuando gana, gana más pero cuando pierde, pierde más. Igual le pasa al pequeño productor.

LP: ¿Se ha dicho que los arroceros realmente tienen protección y que lo que buscan es el subsidio total a la producción?

MH: Los niveles de protección no son suficientes a través de los aranceles. En Estados Unidos el agricultor recibe 8 dólares de subsidio por quintal producido, es casi el 100 por ciento del valor del mercado de ese producto y aquí apenas tenemos el 45 por ciento para la granza y 55 por ciento para el oro no es suficiente.

Por otra parte, ese arancel que se cobra a las importaciones va a parar a las arcas del Estado y no se transfiere al sector vía financiamiento o tecnología, sino que allí queda.

No creo que haya un sector que sea subsidiado por el Estado en este momento.

LP: ¿Han solicitado que se haga esa transferencia?

MH: Lo hemos planteado, se ha considerado pero mientras resuelven nosotros estamos estableciendo alianzas con los industriales del arroz y con ayuda nuestra buscar fondos baratos con organismos internacionales y nosotros mismos desarrollar nuestra industria.

LP: ¿Hay perspectivas de exportación?

MH: Perspectivas de exportación al corto plazo, no le vemos, somos deficitarios.

LP: ¿En qué medida les afectan a ustedes las donaciones de arroz?

MH: El año pasado entraron aproximadamente unas 12 mil toneladas de arroz en concepto de donación, como el caso éste que recién salió en los medios de comunicación. La mayoría van a dar de una u otra forma al mercado a venderse por debajo del precio del arroz nacional nuestro. Es una competencia desleal que no hemos podido controlar. No es sino hasta ahora que se han estado publicando esas noticias y las autoridades han estado dando seguimiento por lo cual esperamos que lleguen al final de este asunto, porque no hay procedimientos que controlen el ingreso y distribución de las donaciones. No se miden las consecuencias del daño que se causa.

A raíz de este problema hablamos de integrar una comisión integrada por el Mific, el Mag-For, Aduanas y ANAR. Para vigilar y controlar el ingreso de estas donaciones.

LP: ¿Hay algún documento firmado en ese sentido?

MH: Hace 15 días en conjunto con los ministros que ya conocían del problema con esta donación que se estaba vendiendo en los mercados se acordó crear la comisión, pero no hay nada firmado. No podemos ayudar a unos y destruir a otros. Tiene que haber un balance.

LP: ¿Cuál es la perspectiva del sector para el próximo año?

MH: Es de incertidumbre, porque el productor nacional ha perdido confianza en las autoridades. Se han sentido desprotegidos. Ha habido muchos cambios de ministros de Agricultura. ¿Qué confianza se le puede dar a un productor?. Aún así, a nivel interno la asociación ha venido trabajando en esta alianza con productores e industriales del arroz para crear un programa que beneficie. Eso ha creado ciertas expectativas, esperamos que muy pronto se concrete, se consigan los fondos para beneficiar al sector e incentivar nuevamente el incremento del área de siembra.

PROVIENE DE FAMILIA DE PRODUCTORES

Mario Hurtado proviene de una familia ligada a la ganadería y a la agricultura, heredó esas aptitudes de su padre.

– Estudió Administración Agropecuaria.

– Realizó un Máster en el Incae en Administración de Empresas.

– Desde hace cuatro años aproximadamente fue nombrado Secretario Ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Arroceros.

– Es hermano de Carlos Hurtado y de María Hurtado.  

Economía

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