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Muchos niños de Tisma ingresarán a la escuela el próximo año porque ya tienen uniforme.

Proyecto universitario beneficia a tismeños

UCA capacita mentes y corazones de sus alumnos Wilder Pérez R.Especial para la Prensa Cientos de pobladores de Tisma se beneficiaron de la fase final de tres proyectos elaborados por un grupo de estudiantes de las carreras de Administración y Economía de la Universidad Centroamericana. Estos consistieron en asistencia médica, salud ambiental, uniformes escolares y […]

  • UCA capacita mentes y
    corazones de sus alumnos

Wilder Pérez R.Especial para la Prensa

Cientos de pobladores de Tisma se beneficiaron de la fase final de tres proyectos elaborados por un grupo de estudiantes de las carreras de Administración y Economía de la Universidad Centroamericana.

Estos consistieron en asistencia médica, salud ambiental, uniformes escolares y cuadernos a sectores más necesitados del municipio de Tisma, seleccionados basándose en estudios científicos realizados durante seis meses.

Los jóvenes donaron al centro de salud de la comunidad, medicamentos para las enfermedades más comunes como diarrea, males respiratorios y fiebre, así como productos básicos como alcohol y algodón.

Distribuyeron seis barriles perforados y sacos para almacenar la basura. “Muchas enfermedades se deben al exceso de suciedad, la gente no tiene cultura educativa de la basura, no la entierran, el propio centro de salud tira la basura al aire libre”, se quejó Ana María Sánchez Morraz, Master en Metodología de la Investigación Científica y catedrática del grupo de estudiantes.

AYUDA TRANSFORMADORA

Cien niños en edad escolar recibieron uniformes y cuadernos. “Por fin mi niña de ocho años va a estudiar, porque si no va con el uniforme no la aceptan en la escuela”, dijo en tono feliz Juana Paula García, habitante de Tisma.

“El objetivo es vincular a la universidad con la comunidad, tiene fines académicos y de formación a los individuos”, afirmó la catedrática.

Los estudiantes se mostraron satisfechos con la experiencia, aprendieron a trabajar en grupo, y ver los problemas de una comunidad en extrema pobreza.

Proyectos como este ya se realizaron en Nueva Vida, Acahualinca y el barrio capitalino Casimiro Sotelo.

“El estudiante tiene que darse cuenta que las investigaciones no se realizan en un laboratorio encerrado y uno no se hace máster sentado en el aula de clases”, puntualizó Sánchez Morraz.  

Economía

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