Gerardo Bravo M.Colaboración [email protected]
Cerca de 25 millones de personas en Centro y Sudamérica están afectadas por la enfermedad de Chagas y cerca de 100 millones están en riesgo de infectarse de la enfermedad, son los datos que tienen los investigadores que buscan una cura para esta enfermedad.
La enfermedad cada día que pasa cobra más vidas, es que un grupo de investigadores que están bajo la supervisión del doctor Jorge A. Huete Pérez, director del Centro de Biología Molecular de la Universidad Centroamericana (UCA), están realizando estudios de carácter molecular para encontrar nuevos fármacos para contrarrestar la enfermedad.
Las dos únicas drogas con que cuentan los médicos para contrarrestar el mal de Chagas, datan de los años 50 y tienen la salvedad de no curar la enfermedad.
“El trabajo que venimos realizando lo hacemos en colaboración con la Universidad de California, Estados Unidos, es además, un programa enorme”, afirma Huete.
Lo que están haciendo los investigadores en el laboratorio de la UCA, es demostrar que existe una proteína en el parásito y que la están tratando de inhibir con el fin de que el fármaco que están diseñando sea específico y que a la vez pueda curar la enfermedad.
Hasta la fecha no hay nuevos fármacos que se utilicen en combatir el mal de Chagas, “lo que pasa que no hallan más fármacos y se debe en gran medida a la forma de búsqueda de éstos, por ejemplo la manera tradicional de buscar es que uno ya tiene compuestos ya diseñados de “x” compañía y lo que hace uno es exponer al parásito por decir algo al compuesto número uno y así sucesivamente, es prueba y error”, dice Huete.
AHORA SE ES MAS ESPECIFICO
Agrega que “la nueva manera que utilizan ahora, es que uno sabe a dónde está atacando al parásito y el fármaco que se diseña es bien específico para contrarrestar al parásito”.
Hoy la ciencia trabaja en conjunto, ya que para poder elaborar un fármaco específico se vinculan varias ciencias que van desde química orgánica hasta biología molecular entre otras.
Hasta el momento el grupo de investigación tiene un par de drogas que ya las tienen en análisis y que pasaron su primer prueba con ratones. Ahora están siendo probadas en perros. “Si los estudios que hemos venido realizando en animales dan resultados positivos, probablemente el siguiente paso es pasar a probarlos en humanos infectados pero de forma voluntaria”, asevera Huete.
Los vectores principales para Nicaragua son los chinches conocidos científicamente como Triatoma dimidiata y el Rhodnius prolixus. Pero en América Latina varían los chinches, hasta el momento los investigadores han identificado cuatro tipos de chinches que transmiten la enfermedad.
Las zonas donde hay una fuerte presencia de vectores de Chagas en el país son Madriz y Carazo. “Por ejemplo, el 50 por ciento de las personas en Buena Vista, Carazo, que le hemos hecho muestras tienen el parásito que da la enfermedad de Chagas”, concluye Huete.
FARMACOS AUN NO LISTOS
La prueba en los humanos de estos fármacos que se están experimentando podrán ser aplicadas en humanos dentro de dos años como mínimo y máximo cinco.
– La forma de infección de Chagas: primero el vector (chinche) pica a la persona para sustraer sangre de la misma. Segundo, el chiche defeca sobre la piel, pero a causa del piquete la persona se rasca, en ese momento involuntariamente el humano se infesta de la enfermedad, ya que en las heces del bicho van los parásitos, los cuales penetran al torrente sanguíneo a través de la herida abierta por el pique.
– Existen en toda América Latina diversos tipos de parásitos que dan Chagas. En Nicaragua ni siquiera sabemos cuántos tipos de ese parásito hay.
– El tipo de Chagas que se da en Nicaragua, y es una observación empírica, realmente no hay muchos estudios sobre eso, una personas infestada con la enfermedad puede durar entre 10 a 30 años, no mata casi de inmediato como el que se da en Brasil que es un Chagas fulminante.