Los bosques tropicales del mundo ocupan aproximadamente un 6 por ciento de la superficie total de la tierra y aún así, albergan una invaluable diversidad de plantas, animales y microorganismos. Nicaragua es un país partícipe de esta bondadosa estadística, donde la naturaleza favorece a más de medio millón de especies de flora y fauna según estudios de biodiversidad.
Nicaragua ha logrado significativos avances en la promoción y desarrollo del turismo nacional en los últimos años, sin embargo, es de vital importancia que el turista que venga, nos recomiende como destino turístico en el exterior y regrese.
La visitas de turistas relacionadas con el ecoturismo, sean éstas a playas, lagos, ríos, volcanes y observaciones de flora y fauna, representan un porcentaje digno de consideración, sin embargo, nosotros, los ciudadanos de esta “Tierra de Lagos y Volcanes”, destruimos gradualmente nuestra herencia natural.
Las estadísticas sobre la destrucción de nuestros bosques y recursos naturales son aterradores, tal como es el caso de la reserva natural de Bosawás, que actualmente es la reserva de mayor importancia en la región centroamericana la que sirve de pulmón a Nicaragua y al mundo.
Si la destrucción de Bosawás continúa al ritmo actual, dentro de solamente veinte años habremos acabado con este remanente de bosque tropical “patrimonio de la humanidad”.
Debemos de estimular el turismo nacional sin embargo, paralelo a ello, estamos todos: gobierno y sociedad civil, moralmente obligados con las generaciones futuras a defender nuestros recursos naturales para que nuestros hijos no conozcan los bosques de Nicaragua únicamente a través de fotografías o libros de historia, sino que conozcan una Nicaragua verde y llena de vida.
Carlos A. Herdocia Duarte
Presidente de CANATUR – León