Como se da un suspiro en la noche infinita
así se fue tu amor, de la misma forma inexplicable
en la que se forma el alma, en la forma irracional
de la locura, por ti.
Y lloré, casi todo un mar, casi toda una vida, sola,
pero el amor, sin entenderlo, crece cada vez, suave
como el suspiro y duro como el adiós, tu adiós.
Sufrí con cada acuchillada de tu ausencia y de
tus recuerdos, con cada sueño que no se cumplirá
con cada metro en que aumente mi amor.
No sé, si olvidarte o esperar algo que tal vez no
llegue, pero sí estoy segura que decidí ser feliz,
o por lo menos lo intentaré, sola, contigo o
tal vez con alguien más que ocupe tu espacio y el
dolor que me causaste, por la sangre que derramo
por la promesa que hicimos en la última banca de
ese sagrado lugar.
M. Uribe