Pregunta: Soy una muchacha de 24 años de edad, me considero una persona bastante frustrada en todos los aspectos de mi vida, tengo dos hijos, una niña de siete años de mi primer matrimonio y un bebé de siete meses de mi segunda relación.
Cuando estuve casada con el padre de mi hija me sentía agobiada ya que era celosa con él, además me daba mucho maltrato físico, verbal y durante pasaron los años (estuve casada 8 años).
Entonces llegó un momento de desequilibrio a mi vida y comencé a salir con otras personas hasta que conocí al papá de mi segundo hijo (estuve con él año y medio), me sentía protegida, pero desgraciadamente me dejé llevar por las influencias de mis amigas y cometí muchos errores, esta segunda relación me afectó mucho ya que me siento demasiado sola; a veces tengo depresiones y las hago reflejar en mi hija, regañándole y pegándole, insultándola muy fuerte.
El mayor de mis problemas es que no quiero perder a mi hija, sé que debo tener mucha paciencia par llevar mi vida; tal vez mi problema no te parezca importante, sin embargo siento que necesito de tu ayuda.
Respuesta: Ninguna de las cartas que a mí llegan son de poca importancia, todas tienen un gran valor y son de mucha responsabilidad para mí. En especial la tuya, por ser mujer, ser humano, honesta y capaz de expresar todo lo que estás sintiendo.
La vida no tiene un solo fin, no es cierto que las mujeres nacemos solo para servir a otros(as), estudiar, casarnos, tener hijos, cuidarlos; la vida es mucho más que eso, es descubrir cuál es nuestra misión en ella, descubrirnos a nosotras mismas, nuestra capacidad para ser auténticas, libres, independientes y capaces de encontrarle solución a cualquier situación difícil que encontremos.
Pero como esto no es lo que nos enseñan, tenemos la obligación de descubrirlo por nosotras mismas.
Estas funcionando con un concepto muy negativo de vos misma, has perdido la fe, no crees en vos y esto te limita a ver con claridad la vida. Pero esto es lo que te enseñaron, lo que aprendiste ¿Qué pasó en tu infancia, cuál fue tu historia, cómo te trataron, qué cosas te dijeron para que ahora sientas y creas todo eso de vos?
Ahora que te atreviste a hablar, que ya rompiste con ese silencio, que ya creciste y que eres adulta, tienes la responsabilidad de cuestionar y principalmente eliminar de tu vida todo aquello que te hizo daño y te lo sigue haciendo aún. Hacer esto no es fácil, pero es necesario que des los primeros pasos y en este nuevo reto vas a necesitar la ayuda de una(un) profesional de la psicología para que te guíe y te ayude a encontrarte con vos misma.
Es importante que sepas que en la medida en que estés bien, van a estar bien tus hijos, va a tener sentido tu vida. Es el momento para que seas la primera y no la última en tu vida. Atiéndete, date el permiso de conocerte, de saber quién eres y de tu capacidad. Si has llegado hasta adonde estás es porque tienes la capacidad de salir adelante.
No creas más en ese mensaje que nos inutiliza y nos hace invisibles que dice: “Que la mujer vale más si tiene a la par un hombre que la respalde”. No estás sola, te tienes a vos misma y eso es lo más valioso que posees. Y ahora también tienes a tus dos hijos que necesitan de tu guía y orientación para crecer sanos.
Por ti y por ellos tienes la libertad de aprender otras cosas; lo que significa ser mujer, la dimensión que tiene esa palabra. Preocúpate por tu salud mental y emocional sólo así vas a descubrir cuál es el origen de tus depresiones, de tus frustraciones y es allí cuando va a ser el momento para que dejes salir a una nueva persona, positiva, con mucha fe en sí misma que tienes dentro pero que ha estado prisionera. Hoy es el momento para hacerlo, no mañana.
Lic. Karla Olivares Pérez
Psicóloga Integral.