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Ciento setenta diplomáticos del mundo escuchan el enérgico discurso del Papa Juan Pablo II, en Roma.

El Papa arremete contra egoísmo de políticos

La puesta en tela de juicio de las conquistas democráticas, debilita el entramado social, dijo el Pontífice NTX Ciudad del Vaticano.— El egoísmo y ambición de poder originan conflictos en regiones como Latinoamérica, donde la violencia armada y las desigualdades económicas debilitan el entramado social, advirtió ayer el Papa Juan Pablo II. En un enérgico […]

  • La puesta en tela de juicio de las conquistas democráticas, debilita el entramado social, dijo el Pontífice

NTX

Ciudad del Vaticano.— El egoísmo y ambición de poder originan conflictos en regiones como Latinoamérica, donde la violencia armada y las desigualdades económicas debilitan el entramado social, advirtió ayer el Papa Juan Pablo II.

En un enérgico discurso ante embajadores de más de 170 países con motivo del año nuevo, hizo un llamado además a israelíes y palestinos para que convivan en paz y criticó el “desprecio” contra la vida y el terrorismo en España que “humilla a Europa entera”.

En la Sala Regia del Vaticano, el pontífice urgió a defender el medio ambiente y combatir la pobreza y la desigualdad. “El egoísmo y la ambición de poder son los peores enemigos del hombre. Están de diversos modos en el origen de todos los conflictos”, manifestó.

Señaló que “esto se constata en ciertas zonas de América Latina, donde las desigualdades socioeconómicas y culturales, la violencia armada o la guerrilla, la puesta en tela de juicio de las conquistas democráticas, debilitan el entramado social y hacen perder a las poblaciones la confianza en el futuro”.

El Papa, quien lucía en buena forma física agregó que “es preciso ayudar a este inmenso Continente para que haga fructificar todo su patrimonio humano y material”.

En su discurso también advirtió que israelíes y palestinos deben aprender a convivir en paz antes de que sea demasiado tarde y la violencia en Medio Oriente se vuelva “incontrolable”.

El sumo pontífice manifestó que “israelitas y palestinos no pueden proyectar su futuro más que juntos, y cada una de las dos partes debe respetar los derechos y tradiciones de la otra”.

Dijo que es tiempo de volver a los principios de la legalidad internacional: prohibición de la apropiación de territorios por la fuerza, derecho de pueblos a disponer de sí mismos, respeto de las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas y de la Convención de Ginebra.

“Si no es así, todo puede fracasar: desde las iniciativas unilaterales arriesgadas hasta una extensión difícilmente controlable de la violencia”, advirtió.

También se refirió a los conflictos en España. “Debo mencionar, y con cuánta tristeza, los atentados terroristas que siembran la muerte en España y que hieren a todo el país y humillan a Europa entera, que está a la búsqueda de su identidad”.

Mencionó también al continente africano donde circulan “demasiadas” armas y donde “demasiados” países tienen una democracia incierta y corrupción “devastadora”, como Argelia y la guerra al sur del Sudán continúan afectando sin sentido a poblaciones.

Juan Pablo II condenó además el desprecio a la vida que caracterizó al siglo XX. No sólo a las guerras “sembradoras de muerte” y a totalitarismos, sino también al aborto, la eutanasia y la “ideología del consumismo y del hedonismo a cualquier precio”.

Advirtió sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente. “Si el hombre trastoca los equilibrios de la creación… este mundo, programado únicamente según nuestros proyectos, podría volverse irrespirable”, advirtió.

En su largo discurso, el sumo pontífice llamó “a los hombres de buena voluntad” a tener presente el deber de combatir, siempre y en todas partes, la pobreza, la marginación, el analfabetismo, las desigualdades sociales o la “vergonzosa” trata de seres humanos.  

Internacionales

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