14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Eduardo Montealegre, precandidato liberal: “Nicaragua quiere un presidente distinto”

Eduardo Montealegre, el delfín de los liberales, decidió jugar en grandes ligas y hoy 415 convencionales del Partido Liberal Constitucionalista decidirán si es él u otro de los cuatro candidatos liberales quien los representará en las próximas elecciones presidenciales.Y aunque decidió jugar contra la voluntad del caudillo rojo, Arnoldo Alemán, presenta su independencia como una […]

  • Eduardo Montealegre, el delfín de los liberales, decidió jugar en grandes ligas y hoy 415 convencionales del Partido Liberal Constitucionalista decidirán si es él u otro
    de los cuatro candidatos liberales quien los representará en las próximas elecciones presidenciales.Y aunque decidió jugar contra la voluntad del caudillo rojo,
    Arnoldo Alemán, presenta su independencia como una de sus fortalezas para ganar hoy cuando los liberales eligen candidatos.

Fabián Medina [email protected]

Eduardo Montealegre apuesta a que hoy, el voto secreto de 415 convencionales liberales le dará la candidatura presidencial de ese partido. Sabe que en una votación a mano alzada no tiene chance, pues no es el favorito del gran caudillo rojo, el Presidente Arnoldo Alemán.

Montealegre, de 45 años, es un novato en política. Y aunque ahora se le ve más suelto para hablar, sigue igual de cauto, midiendo cada palabra que dice.

La posibilidad de ser el Presidente de Nicaragua, confiesa en esta entrevista, comenzó a analizarla, mientras fue ministro de la Presidencia, cargo al que llegó hace tres años desde la banca privada.

Luego fue Canciller de la República y renunció al cargo para meterse en la pelea que hoy culminará con la elección del candidato presidencial de los liberales.

—¿Qué es lo que buscaba Eduardo Montealegre cuando deja el banco y se mete a funcionario público?

“Se me presentó una oportunidad de servir a los nicaragüenses desde una posición como ministro de la Presidencia, a coordinar, organizar, ordenar, establecer ciertos procedimientos que no existían. Era un trabajo que no era muy a la luz pública, pero sí un trabajo que era importante y creo que se hizo bien”.

—Sin embargo, mucha gente cree que usted tuvo un papel opaco en el gobierno, se esperaba más de usted, no mostró el ímpetu que mostraba cuando era banquero…

“Bueno, si le creés al Azote, pues entonces está bien. Pero yo creo que si le preguntás a la mayoría de las personas creo que tienen una opinión distinta”.

—¿De aquí a 20 años, por qué un estudiante de tercer grado debería recordar el paso de Eduardo Montealegre por Cancillería?

“Hay varias cosas que deben de recordarse. En primer lugar, por primera vez en la historia de Nicaragua hay una ley de servicio exterior que fue aprobada por unanimidad en la Asamblea Nacional. Si analizamos mi trabajo en la Cancillería en relación al Río San Juan nunca hubo un guardia armado tico navegando, pero por otro lado tuvimos muy buenas relaciones con Costa Rica, inclusive a pesar de esas difíciles circunstancias logré una amnistía para los nicaragüenses que estaban en Costa Rica. Más de ciento y pico de mil de nicaragüenses lograron legalizar su situación en Costa Rica”.

—¿Cómo se acopló el carácter de Eduardo Montealegre con el Presidente de la República, que a simple vista son tan distintos: uno es más fogoso, extrovertido y usted más pasivo?

“Yo diría que pasivo no es una buena descripción. Yo soy suave de forma y firme de fondo que es distinto. Diferentes estilos. Pocas de las muchas personas que me conocen dirían que yo soy una persona pasiva, más bien soy pro activo, veo hacia adelante. Planifico. Nunca anduve pegado al Presidente porque ese no era mi papel”.

—¿Hubo alguna vez choque de caracteres?

“Nunca tuvimos ni un sí ni un no entre el Presidente Alemán y yo. El Presidente es Presidente de la República, yo sabía cuándo darle mi opinión, cuándo decirle qué cosas, y si eso era distinto a lo que él pensaba también se lo decía. Y si hay preocupación ahora que estoy corriendo para la Presidencia, lo que más les preocupa es mi independencia y mi independencia de criterio”.

—¿El traslado a Cancillería usted lo sintió como promoción?

“El canciller Alvarez decidió renunciar al gobierno… ya iba a cumplir 80 años. Había un problema muy serio, el de Río San Juan, y se buscó a la persona que mejor podía manejar el Ministerio de Relaciones Exteriores. El Presidente decidió con algunos de sus asesores que yo era la persona más indicada. Que si fue una promoción o un movimiento lateral, a mi juicio creo que fue una promoción”.

—¿La Cancillería era atractiva para usted en términos de currículum?

“En términos de currículum a cualquier persona le atrae la Cancillería. Si hablamos de cuestiones más políticas, tal vez un ministerio de Educación es más interesante. Pero esa fue la oportunidad que se me dio. Había una necesidad importante de alguien con seriedad, con reputación para manejar una situación delicada y ese era yo”.

—¿En qué momento empezó a pensar que podía llegar a ser Presidente de la República?

“Muy difícil, no te puedo decir cuándo fue…”

—¿Fue antes de llegar al gobierno, durante el ministerio de la Presidencia o en Cancillería?

“Cuando uno está en el sector privado nunca dice por lo general, voy a ser Presidente de la República; sin embargo, yo me había involucrado en cuestiones más allá que simplemente el banco. A través de la Asociación de Bancos, cuestiones comunitarias, desde que estaba en Miami, y algunas personas te observan y te dicen: ‘tenés ciertas características de liderazgo, de claridad de pensamiento, de expresión, carisma’, y por lo tanto te dicen que podrías ser un buen Presidente, pero de que te digan a estar convencido a que si lo podés hacer, se toma tu tiempo. Tal vez fue como ministro de la Presidencia cuando lo comencé a analizar y meditar un poco más. Me hubiera gustado estar un año de ministro de la Presidencia, un año de ministro de Relaciones Exteriores y un año de presidente del FISE para tener un poco más de experiencia, fuera de las cuestiones de relaciones exteriores, banco o cuestiones internas y poderme relacionar a lo largo, ancho y a lo interno del país”.

—Recuerdo que en cada entrevista que le hacían se le preguntaba si se iba a lanzar por la Presidencia y usted negaba…

“Uno tiene que decir las cosas cuando está decidido. Aún cuando salí del gobierno no había totalmente tomado la decisión de si lo iba a hacer o no. Es un compromiso serio, una dedicación total, un sacrificio personal, de la familia y financiero obviamente. Porque si uno se va a meter en esto es para ayudar, para servir a los nicaragüenses. Es una cuestión de 24 horas”.

—¿No está Eduardo Montealegre muy verde para estar en estas jugadas políticas?

“No sé qué querés decir con verde”.

—Poca trayectoria política…

“Si eso es así busquemos sólo personas que tengan 80 años y más… Si verde significa tener poca experiencia, yo tengo 20 y pico de años de experiencia en el sector privado y el sector público. Fundé y manejé el banco más grande de Nicaragua, la gente confió su dinero, estuve tres años en el gobierno y nadie puede decir que hice un mal trabajo. Tal vez no soy de los que cacarean suficiente, y en ese sentido no soy un político tradicional, pero la gente en Nicaragua quiere otra cosa. Quiere un Presidente distinto, un Presidente joven, con capacidad de administrar con visión de país y que pueda atraer a los nicaragüenses, a los jóvenes, a las mujeres, a los mayores. Y ese es Eduardo Montealegre. Yo creo que ese es un adjetivo que han tratado de pintarme para tratar de descalificarme, ya que no existe ninguna otra cosa negativa que puedan encontrarme”.

—El problema es que en Nicaragua no se vota por los méritos del candidato sino por el caudillo…

“Cuando yo llegue a ser Presidente de la República, si es que me eligen, voy a tener tres años y medio menos de edad que los que tenía el Presidente Alemán cuando asumió la Presidencia. Yo no creo que eso sea algo para descalificarlo a uno. Lo importante es lo que piensa la gente, no lo que piensan las cúpulas de los partidos o de mi partido en particular, porque si no seríamos malos liberales”.

—¿Qué lo hace pensar que usted es mejor que los otros candidatos del PLC?

“Nunca he tratado de competir hablando negativo del otro, eso me hace distinto del político tradicional. Siempre he pensado que tengo que hablar de mis calificaciones, de mis cualidades e inclusive de mis debilidades y nunca negativo o [de las] debilidades del otro. Me parece que tengo una visión a largo plazo del país”.

—¿Eduardo Montealegre se conformaría con la Vicepresidencia?

“Todo el que se mete en este proceso se mete para ganar. Pero también tiene que estar dispuesto a aceptar que a veces el voto no lo va a favorecer. Y si ese proceso que se pasa, la votación, especialmente si es una votación secreta y un proceso limpio y transparente, no lo favorece a uno, pues tiene que aceptar esa derrota y continuar contribuyendo al país ya sea desde el sector público o el sector privado, y obviamente la segunda posición más importante después del Presidente es el Vicepresidente. Eso dependerá no de mi persona sino de los convencionales. Yo siempre estoy dispuesto a servir o a ayudar siempre y cuando haya obviamente perdido por voto secreto y en un proceso limpio y transparente”.

—Alguien decía que usted está apostando a otras elecciones, y lo que busca por ahora es hacer nombre…

“Hay muchas especulaciones. Mucha gente tira dardos, tira globos para ver que sale. Yo estoy dedicando todos mis esfuerzos para salir nominado en este período. Si no salgo nominado porque perdí limpiamente y a través de un proceso secreto, pues siempre habrán otras oportunidades”.

—¿Usted dice que está invirtiendo dinero en este intento por llegar a la Presidencia de la República?

“Yo estoy invirtiendo mis propios recursos. Me salí del gobierno, no trabajo para ninguna entidad estatal. Mis vehículos, la gente que trabaja conmigo, ya sea voluntariamente o con mis propios recursos o con ayuda de algunos amigos”.

—¿Quiénes son esos amigos?

“Un grupo de amigos. Max Padilla, cuyo padre fue fundador del Partido Liberal Constitucionalista, Alejandro Fiallos, obviamente don Jaime Cuadra, y alguna gente alrededor de don Jaime, y en diferentes departamentos.

—En algún momento se puso en duda el apoyo de don Jaime Cuadra.

“Fue una especulación periodística de alguien que trató de meter una desinformación. Pero ya quedó claramente establecido que no es cierto. La decisión que tomó don Jaime Cuadra es una decisión a mi juicio con visión de estadista, que muestra claramente su liderazgo y la idea que hay que pasarle a las nuevas generaciones las instituciones del partido o gobierno para que puedan inyectar sangre nueva, ideas nuevas”.

—¿Y el doctor Alemán qué le ha dicho de su candidatura?

“Sostuvimos varias conversaciones. El ha pensado que soy joven. No sé si de él sale esa descripción que soy verde o salen de otros de sus allegados, pero el Presidente Alemán dijo que no se iba a oponer a que yo corriera, preferiría que me esperara. Yo le dije que iba a tratar. Y le pregunté que si las reglas iban a ser claras, transparentes y bateo libre”.

—¿Usted sabe que la seña del doctor Alemán va a ser muy importante en la elección de este domingo y usted no está entre sus favoritos?

“El Presidente Alemán obviamente tiene preferencias como persona, sin embargo, si el voto es secreto el Presidente Alemán es uno de 415 convencionales”.

—En teoría.

“En teoría obviamente. Tenemos que asegurarnos que el voto sea secreto. Esta decisión que vamos a tomar los convencionales no es una decisión simple. No es simplemente escoger el candidato que gane la convención, sino que tenga las mayores posibilidades de ganar las elecciones y que tenga posibilidades de tener éxito en la gestión de gobierno. Ya vimos que el Partido Conservador decidió no hacer alianzas en este momento con el Partido Liberal, por lo tanto se necesita que tenga las posibilidades de atraer al voto liberal, al voto conservador, al voto de la resistencia e inclusive de muchos sandinistas que están comprometidos con los ideales de libertad y democracia”.

—¿A usted le convendría o le perjudicaría el apoyo del doctor Alemán?

“Para mí es muy difícil juzgar eso. La gente es la que tiene que decidir quién es el mejor candidato. Yo sé que el doctor Alemán tiene otras preferencias y sé que él preferiría que yo me espere, pero bueno, tomé una decisión en este momento, por eso es que dicen que tengo criterio independiente”.

—Si resultara electo candidato del PLC ¿a quién le gustaría ver a su lado como compañero de fórmula?

Creo que es importante poner a alguien que pueda aportar algunas cosas que yo no tengo, alguien de mayor edad, alguien del sector productivo, más de otras zonas de país… Para mi sería un honor que don Jaime Cuadra fuera Vicepresidente mientras yo fuera Presidente. Sin embargo eso lo van a decidir los convencionales”.

“Siempre estuve contra la corrupción”

—El gobierno liberal fue criticado por escándalos de corrupción y todos los candidatos hablan de honestidad y transparencia a título personal, pero no se le oyeron sus voces cuando había casos tan graves y públicos como el checazo…”

“Si usted ve los récord de mis declaraciones, en cada uno de los casos siempre mantuve una posición de firmeza y clara en contra de cada acto de corrupción, inclusive en relación a las indemnizaciones”.

—Las indemnizaciones las criticó cuando estaba saliendo del gobierno…

“Al contrario, era Canciller. Me pronuncié en contra de la Constituyente cuando era Canciller y me he pronunciado en contra de otras cosas.. y por eso es que algunos piensan que soy demasiado independiente”.

—Lo que pasa es que contra la corrupción, así en general está todo mundo, hasta don Byron Jerez… ¿pero usted habló de estos casos particulares con el Presidente Alemán?

“Sí hablé. Nombre por nombre. No voy a revelar más que eso. En su oficina y hasta las fechas le puedo decir”.

—Hay voces entre los liberales que piden que en las listas a diputados no vayan estos funcionarios acusados de corrupción. ¿usted que piensa?

“Yo creo que este proceso que estamos pasando para la Presidencia de la República debería ser el mismo proceso que debía pasarse para seleccionar a los candidatos a diputados. Si me opongo al dedazo para candidatos a Presidente de la República, también me opongo al dedazo a los candidatos a diputados. Por otro lado, creo que nadie que haya sido separado de su cargo o señalado de actos de corrupción o probablemente encontrado culpable de actos de corrupción debe estar en ninguna lista a miembros de la Asamblea Nacional”.  

Política

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí