Las grandes obras siempre han empezado como sueños; sueños llenos de fantasía y maravilla, entusiasmo y dedicación, tenacidad y perseverancia. Cuando uno lucha por un sueño es necesario recibir ayuda o al menos un consejo.
Cuatro años atrás, yo estaba en busca de realizar el sueño de estudiar en una buena universidad. Toqué puerta tras puerta sin encontrar respuesta. Finalmente, Dios me guió al Banco Central de Nicaragua.
Fue esta institución la que sin esperar pago alguno y viendo mi necesidad, me otorgó ayuda financiera para realizar mis estudios en la Universidad de Mobile, hoy Ave María College.
Debo afirmar que el Banco Central es una institución que sí sabe reconocer la importancia del capital humano, recurso básico para cualquier sistema económico-social. Con sus programas de becas ayuda a miles de nicaragüenses, que como yo, desean prepararse para ser personas de bien en el futuro cercano.
Estas pocas líneas pueden ser cortas y fáciles de leer, pero su significado es verdaderamente infinito; infinito porque no me alcanzan las palabras para manifestar mi agradecimiento al Banco Central de Nicaragua, institución responsable, eficaz y humana que constituye uno de los más vivos ejemplos del profesionalismo nicaragüense en acción.
Gracias, una y mil veces. Gracias por darme la oportunidad de servir a mi Patria, gracias por darme alas para volar, gracias por servir al país, gracias por enseñarme a soñar. La llave de la felicidad es tener sueños y la llave del éxito es hacer los sueños realidad.
Lic. Danilo Rayo Benavides.