- Bush deberá
resolver temas
inconclusos
Sonya Ross (AP)
WASHINGTON.- Las últimas semanas de Bill Clinton en la Presidencia se han caracterizado por un ritmo de trabajo digno de un mandatario recién electo.
MEDIO ORIENTE
Hasta última hora, Clinton promulgó numerosos decretos ejecutivos sobre temas de todo tipo y frenéticamente se embarcó en lograr un acuerdo de paz para Medio Oriente.
Pero Clinton se marcha de la Casa Blanca con una agenda incompleta, objetivos fallidos y esperanzas frustradas.
La paz en Medio Oriente que Clinton buscó afanosamente le resultó esquiva. Hace dos semanas, Clinton admitió que el proceso se había “empantanado” y cambió la prioridad a reducir las diferencias entre Israel y los palestinos, en lugar de forjar un acuerdo.
REFORMAS DE ATENCION MEDICA Y SOCIAL
En asuntos nacionales, las iniciativas de Clinton para utilizar el superávit presupuestario en los programas de bienestar social y asistencia médica no recibieron el beneplácito del Congreso.
La misma suerte tuvieron las propuestas para restringir la de armas de fuego, una reforma del sistema de financiación de las campañas electorales y la ley para castigar los delitos promovidos por el odio racial.
El acuerdo de paz de Medio Oriente, algo imposible por medio siglo, fue la prioridad de política exterior más importante de Clinton.
IRLANDA, CACHEMIRA
Pero también deja como tareas pendientes los procesos de paz en Irlanda del Norte y el de India y Paquistán, en donde había cifrado esperanzas de que un cese al fuego en Cachemira se traduciría en una paz permanente.
Clinton tampoco pudo resolver una latente crisis en Africa, donde las negociaciones de paz entre las naciones vecinas a Burundi se encuentran en una etapa inicial.
“Los procesos de paz avanzan en sus propios términos, no en los nuestros”, declaró el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad P.J. Crowley.
Pero Clinton nunca se rindió. En diciembre, emprendió su tercer viaje a las dos Irlandas en un esfuerzo por impulsar el proceso de paz.
También contempló visitar Corea del Norte, una idea de la que desistió con cierto pesar. Su deseo era concretar el objetivo de interrumpir el programa nuclear norcoreano y forjar la paz con el sur.
ASUNTOS DE SEGURIDAD Y COMERCIALES
Otro asunto pendiente que Clinton le deja a Bush es el del Tratado Amplio contra las Pruebas Nucleares, que fue completado en 1996, pero que no puede entrar en vigor hasta que sea aprobado por Estados Unidos y otros 43 países que tienen programas nucleares.
Gran Bretaña, Francia y Rusia han firmado y ratificado el acuerdo. China lo firmó, pero no lo ha ratificado. Tampoco lo hizo Corea del Norte e igualmente India y Paquistán, dos naciones vecinas en una carrera armamentista.
Estados Unidos lo firmó en 1996, pero el Senado rechazó la ratificación en 1999. Bush ha expresado su oposición al tratado por considerar que no puede ser cumplido.
El secretario designado de Defensa Donald Rumsfeld también se opone, pero el futuro secretario de Estado Colin Powell lo apoya.
Hay asuntos de los que Clinton simplemente está feliz de dejárselos a su sucesor, como lo es la decisión de establecer un sistema nacional de defensa antimisiles.
Otro frente que Clinton dejó pendiente fue el comercio exterior.
Se apuntó un éxito al lograr la aprobación legislativa para que China disfrutara de relaciones comerciales normales con Estados Unidos.
Pero los deseos de las compañías estadounidenses de invertir en el gigantesco mercado chino tendrán que esperar hasta que la Organización Mundial de Comercio apruebe la incorporación de China a su seno.
Tampoco pudo lograr del Congreso la aprobación de la ‘vía rápida’ para la conformación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).