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¿Nervioso para tu primera cita?

Samuel estaba sumamente nervioso. Se había lavado siete veces los dientes y aun así encorvaba su mano derecha para acercarla a su boca y descargar su aliento para olerlo. Revisaba cada acto en el espejo: la mejor pose y la sonrisa que menos le arrugara la cara. Se olía los sobacos para confirmar la eficacia […]

Samuel estaba sumamente nervioso. Se había lavado siete veces los dientes y aun así encorvaba su mano derecha para acercarla a su boca y descargar su aliento para olerlo. Revisaba cada acto en el espejo: la mejor pose y la sonrisa que menos le arrugara la cara. Se olía los sobacos para confirmar la eficacia de su desodorante y todo porque se acercaba el momento más importante de su adolescencia: la primera cita con su novia.

Este es el momento más tensionante, no sólo para los adolescentes como Samuel, sino para todos aquellos que, sin importar cuántas novias han tenido, deben enfrentarse siempre a un primer encuentro con la persona que le gusta y pretende hacerla su novia o su amante.

En el caso de Samuel, la noche del sábado había llegado al fin y la cita con la muchacha de sus sueños estaba a tan sólo minutos. Fue toda una semana de espera en la que los días le parecieron eternos. Una amiga le había hecho el volado de su vida: el lunes por la tarde le presentó a Xochilt, una escultural quinceañera que lo traía de cabeza desde hacía meses. No perdió la oportunidad y la invitó a cenar ese día.

Miraba el reloj a cada instante, pero antes había pasado más de una hora metido en el baño. En total fueron unas seis camisas las que se probó, hasta que se decidió por la mangas largas celeste. Esa noche se echó de tres diferentes tipos de perfume, que cuando se movilizaba de un lugar a otro en su casa, sus hermanos le decían “Pepe Le Pou”, en tono burlesco.

Casi al salir de su casa bajó su miraba al suelo y se percató que uno de sus zapatos estaba un poco pañoso y decidió lustrarlo rápidamente por cuarta vez. Luego, cuando ya sólo faltaban veinte minutos para el encuentro, tomó la rosa roja que había comprado y se dirigió a la casa del amor de su vida, seguro de que daría una buena impresión a la joven.

Llegó, dijo buenas noches, lo invitaron a pasar, Xochilt le presentó a sus padres (que lo quedaron viendo como auscultándolo), y después de muchas recomendaciones y de repetir incasablemente que regresaran antes de las nueve, se marcharon a cenar.

Nerviosismo es común

Para los jóvenes es muy importante la primera cita y es muy común que se pongan nerviosos. Casi siempre se preocupan por si lucirán bien y en no hablar banalidades. Algunos varones, de tanta emoción y nerviosismo hasta estudian a Darío y Neruda para aparentar intelectualidad, aunque al final sólo de eso hablan y llegan hasta aburrir.

Es muy común que los jóvenes se echen gran cantidad de perfumes con el dizque pretexto de “no me siento”. Esto no es muy recomendable porque lo más probable es que le provoquemos un soberano dolor de cabeza a nuestra compañía y tengamos que regresar a la casa mucho antes de lo previsto. Las chicas no se quedan atrás, algunas, para su primera cita, se maquillan tanto que al día siguiente necesitan al menos tres horas de baño para deshacerse de las “costras” de maquillaje.

Algunos consejos

Bueno, quedemos en algo: lo más importante en una primera cita es la impresión que darás a tu compañía. El gran dolor de cabeza de las mujeres, y hay que aclara que no es sólo los días en que tienen una cita, sino que es diario –aunque sí es considerado como un problema mayor en estos casos– es el “¿qué voy a ponerme?”.

Se aconseja que si la salida es de noche se deben priorizar los vestidos, faldas o minifaldas, en vez que los pantalones. No tengan miedo de mostrar sus piernas, eso sí, decídanse una prenda que las realce.

Los especialistas aconsejan que si el clima es propicio, se debe usar un vestido que descubra buena parte de los hombros y realce tus formas. Algo muy importante, como les decía, es no abusar del maquillaje, sólo utilicen los imprescindible para darle un toque estético al rostro.

Mi consejo es que no se preocupen mucho por el maquillaje, porque todos los hombres concordamos que están mejor sin él y que no nos gusta que el maquillaje sea demasiado llamativo.

Las fobias más comunes que tienen las mujeres en este sentido son la base de maquillaje oscura, la raya del ojo demasiado marcada y las barras de labios que se quedan en el vaso, el cigarrillo o los labios del contrario. En resumen, te verías mucho mejor si te maquillas con un look natural, casi de cara lavada.

Reglas de Confucio

No podemos pasar por alto en nuestra primera cita la cortesía, eso dejará una buena impresión a tu pareja y a sus padres.

Es recomendable que al llegar por tu chica saludes a todos.

Ah, y no pretendas lucirte con fanfarronerías y queriéndotelas dar de sabelotodo, ni querer hacer creer a las personas que eres un sol, pues es casi seguro (en un 99%) que sus padres no permitirán que salgas nuevamente con ella, pero ni a la esquina. Y eso te lo puedo asegurar porque le pasó al amigo de un amigo.

Una de las máximas de Confucio, el filósofo chino, decía: Nunca hables bien ni mal de ti; bien porque no te lo creerán, mal porque te lo creen fácilmente.

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