Las futuras elecciones presidenciales que se desarrollarán en Nicaragua en noviembre de este año, han despertado sumo interés por el futuro que pueda tener este país.
Como es del conocimiento público, los dos partidos más fuertes que se disputarán el poder serán el Partido Liberal Constitucionalista y el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
El Partido Conservador de Nicaragua al haber ido a las elecciones municipales pasadas, liderando una alianza que estuvo conformada por el Partido Social Demócrata (PSD), Partido Liberal Independiente (PLI), Movimiento Democrático Nicaragüense (MDN) y la Central de Trabajadores de Nicaragua, logró figurar en las cabeceras departamentales de Granada, Rivas y Managua, no así en los demás lugares del país.
La fuerza que aún demuestra el Frente Sandinista está llenando de incertidumbre el ambiente político, por lo que la población que no es sandinista ni pertenece a partido alguno y que fuera afectada por las políticas que se desarrollaron en la década que gobernó este partido, ha despertado una preocupación sobre el resultado que puedan tener las futuras elecciones presidenciales.
Existen dirigentes políticos que al no tener personalidad jurídica sus partidos, luchan por lograr un espacio en las filas del Partido Conservador pudiéndose hacer esto una realidad siempre y cuando se consolide una alianza, sin embargo, en política es difícil que se puedan anteponer los intereses personales y partidarios sobre todo en el momento actual.
No se puede ocultar que con la conformación de una alianza el único perjudicado sería el Frente Sandinista, por lo tanto el trabajo que estaría desarrollando ese partido sería buscar cómo penetrar en las filas del Partido Conservador para que no logre aliarse con el Partido Liberal Constitucionalista, ya que ello lo llevaría a una rotunda derrota electoral.
Salvador Castillo Montenegro
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