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"Sexto Sentido" tras el telón

Todo inició como un sueño entre Virginia Lacayo y la norteamericana Amy Bank quienes deseaban realizar una producción juvenil nicaragüense de televisión. Una ilusión que despertó una locura a simple vista imposible de realizar, pero el sueño y los anhelos de ambas terminó por completar y hacer realidad a su gran pasión. Entre tantos y […]

Todo inició como un sueño entre Virginia Lacayo y la norteamericana Amy Bank quienes deseaban realizar una producción juvenil nicaragüense de televisión. Una ilusión que despertó una locura a simple vista imposible de realizar, pero el sueño y los anhelos de ambas terminó por completar y hacer realidad a su gran pasión.

Entre tantos y tantos planes una tarde en una mesa de café el representante de una agencia le pidió a Virginia y a Amy le plantearan “su locurita de televisión” (como le llamaba Virginia) en un plan piloto, el cual, una vez hecha la prueba, confiaron en su capacidad y decidieron hacer realidad esos sueños.

Sin embargo, tuvieron que pasar dos años para que ambas comenzaran a darle forma al proyecto, promovido especialmente por el centro “Puntos de Encuentro”.

“Empezamos a buscar financiamiento, a hacer sondeos y dejábamos caer la piedrita a ver que pasaba. Era como decir esto: Solamente un sueño o es posible realizarlo. Una vez que vimos los resultados de la prueba piloto, dijimos: Es posible, ahora sí metámosle candela”, declaró Virginia Lacayo, productora de la serie juvenil Sexto Sentido.

Sus deseos de lograrlo no les permitió quedarse de brazos cruzados. Iniciaron la búsqueda del financiamiento y a tocar puertas donde creyeron que les darían respuesta en poco tiempo.

“Tocamos puertas en algunas agencias que han sido cooperantes históricas, las cuales nos conocen desde nuestros orígenes y que han confiado en nosotros, que han apostado a la calidad del trabajo. A ellos les hemos demostrado que damos resultados. Aunque era difícil decir que un proyecto tan caro iba a dar resultados, era como confiar por adelantado en un proyecto de tanta calidad como el que pensábamos realizar”, afirmó.

La búsqueda y las respuestas

Un punto a favor de las realizadoras era que algunos organismos y agencias de cooperación, principalmente europeas, ya conocían de ante mano el trabajo de “Puntos de Encuentro”, por ello, les ofrecieron su proyecto. “Nos tocaba decirles con seguridad que daría resultado, dennos un voto de confianza. Sin embargo, los costos siempre resultaban altos y no bastaba con los que ya contaban”, dijo Virginia. Por eso su misión siempre tuvo como meta el abrir nuevas fuentes.

Amy se fue de gira por Estados Unidos para visitar estaciones de televisión y cine. Ella aprovechó su manejo del idioma y buscó la manera de abrir mercado en un mundo que aún no había tocado “Puntos de Encuentro”.

“Amy comenzó a planear la idea loca de hacer una serie juvenil de televisión. Habló con cineastas, productores de televisión, guionistas, técnicos y les comentó la idea”, comentó Virginia.

Más tarde, el sol comenzó asomar sus primeros rayos de luz, pues las personas comenzaron a responder ante los contactos de Amy, no con utilidades económicas, pero sí con contactos con otros organismos.

“En ese sentido, logramos tocar puertas de algunas agencias, organizaciones muy importantes en EE.UU., entre las cuales hay grandes fundaciones que apoyan a proyectos que trabajan con la juventud, proyectos de comunicación alternativa, proyectos de mujeres contra la violencia doméstica; y como nosotros reuníamos un poco todas las características podíamos entrar a cada una de ellas desde diferentes enfoques, de manera que fueron confiando en la idea”, agregó.

Entre ellas están: La Fundación Ford, Hivos, NBC, USAID, Fundación Sumí, Novis, Agencia Norte Sur y el FNUAP.

Demoró cuatro años

El obstáculo principal era el costo de realización de la serie “Sexto Sentido”, por eso hubo un lapso de cuatro años para llevarlo finalmente a la pantalla chica.

“Manteníamos contacto constante con estas organizaciones. Les informábamos cada logro, cada detalle por muy pequeño que fuera, de manera que ellos ya no lo vieron como un proyecto más, sino que estaban poco a poco interesándose en el progreso de la serie. Ya tenían conocimiento de que era la primera vez de un proyecto televisivo en Nicaragua”.

Aunque esta industria en Nicaragua no está muy desarrollada, en relación en con otros países, los organismos de apoyo pusieron su voto de confianza en lo que hasta el momento era sólo un proyecto, el cual contaba con gente dispuesta a darlo todo por hacer realidad ese sueño.

“En algunos países con experiencia en cine, montar una seria de televisión es licitar y contratar. Pero, para nosotros fue capacitar a guionista que no existían, capacitar actores para la tele”, reiteró Lacayo, tras señalar que todo proceso de capacitación requiere de fondos.

La capacitación

Según Virginia, Nicaragua quizás no cuente con una experiencia en lo que se refiere a equipo técnico, pero sí cuenta con excelentes elementos que conocen de televisión.

Amy, con perspicacia y esfuerzos logró contactar al guionista norteamericano, Benjamín Fussiner, a quien trajo desde el propio Hollywood. Fussiner fue guionista de la serie “Los años maravillosos”, protagonizada por Fred Savage, en el papel de Kevin.

“Él impartió tres meses de cursos intensivos a guionistas para sacar al equipo que ahora tenemos. En cuanto a los actores, todos pasaron por varias escuelas de actuación, entrenados por profesores”, dijo Lacayo.

Asesoría para la realización

Para la realización del programa se contaba con asesorías de muy buena calidad, las que se combinaron con la experiencia de Virginia. Se contrató a Raúl Zaragoza, un cubano graduado en cine y televisión y quien ha sido desde el inicio una especie de asesor, profesor y técnico.

Virginia considera que hubo falta de recursos en muchos niveles, el tiempo y el costo que se invierte en capacitaciones. “Sería muy fácil si tuviéramos 30 años de experiencia en cine y Nicaragua exportara sus películas y sus series y que sólo le tocara contratar. Nosotros tuvimos que capacitar”, expresó Lacayo.

Para un año

Esta serie juvenil estará en nuestras pantallas de televisión al menos durante un año, según los realizadores.

Serie pinolera

Nicaragua no tiene mucha experiencia en la producción de series de televisión, por eso, esta es la pionera.

afirmó Virginia Lacayo, productora dela serie.

No fue fácil, pero se logró. Cuatro años se invirtieron en la realización de esta serie, cuyos guionistas fueron entrenados por Benjamín Fussiner, el libretista de “Los años maravillosos”

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