- Movimiento Comunal amenaza con última marcha pacífica, mientras Enacal conforma comisión para mejorar abastecimiento
Alina Lorío/[email protected]
OCOTA.- Unos 300 pobladores, en su mayoría mujeres y ancianos, realizaron este jueves la denominada “última marcha pacífica” en demanda de “un alto a los exagerados cobros de agua, a la contaminación y al racionamiento a que somos sometidos los pobladores de Ocotal”, citan pancartas.
Comisiones de los diferentes barrios de Ocotal leyeron comunicados de protesta frente a las oficinas de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) y en presencia del director municipal de la institución, Luis Manuel Marchena.
“Nos están violando el derecho humano elemental de la vida, negándonos el servicio de agua potable y consumir contaminada la poca agua que llega a nuestros hogares”, señala el comunicado del Movimiento Comunal, principal promotor de la protesta.
Servicio ineficiente
Gloria Jiménez, dirigente del Movimiento Comunal, reiteró que Ocotal actualmente cuenta con un servicio de agua ineficiente e insalubre, ya que llega de manera irregular a casi todos los barrios de la ciudad.
Demandó que Enacal revise las altas tarifas que aparecen en los recibos e hizo un llamado a la Comisión Municipal del Medio Ambiente a tomar medidas inmediatas para evitar la contaminación del Río Dipilto.
Exigió a Enacal en representación del MC la instalación inmediata del servicio domiciliar de agua potable en los barrios Dinamarca, Pueblos Unidos y Colonia del Maestro, quienes se consideran humillados y engañados por Néstor Delgadillo, director departamental de Enacal, cuando en campaña electoral prometió que en noviembre del año pasado tendrían instalado el servicio.
Enacal: atacar el problema de raíz
Luis Manuel Marchena, director Municipal de Enacal, respondió de inmediato frente a los manifestantes que en horas de la mañana del mismo día había avanzado en las pláticas con el MC en cuanto a la tarifa y calidad del agua, para lo que se había logrado concretar la formación de una Comisión de apoyo “para atacar el problema de raíz”.
En las pláticas participaron el Ministerio de Salud, Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales, la Procuraduría Ambiental, Enacal y MC.
“Vamos a poner mano dura con los cafetaleros, pero reducir tarifas únicamente es competencia de mis superiores en Managua”, dijo Luis Manuel Marchena.
Código Penal para caficultores
Las consecuencias de las irresponsabilidades del sector cafetalero de Dipilto, que lanza los desechos de pulpas y aguas mieles del café a las quebradas del río, única fuente de agua para unos 30,000 habitantes de Ocotal, son lamentadas por los mismos.
Recientemente Mayra Molina, directora de Epidemiología del Silais en Nueva Segovia, declaró que el agua supuestamente potable de Ocotal estaba causando graves trastornos estomacales y por ende perjuicio a la salud pública.
La Comisión del Agua y del Medio Ambiente de la ciudad dispuso medidas drásticas contra los caficultores que aún advertidos de la falta, continúan lanzando la pulpa y aguas mieles a las corrientes del río Dipilto.
El olor y sabor del agua desde hace tres meses a la fecha resulta intolerable y para la mayoría de la población es prácticamente obligatorio su consumo, en principio por el servicio irregular que ofrece Enacal.
El “cliente” está obligado a pagar los 44 córdobas con 60 centavos de tarifa mínima y muy pocos están en capacidad de comprar los botellones de agua purificada para el consumo diario.
“Necesitamos que se le ponga freno a los cafetaleros que continúan arrojando sus desechos al Río Dipilto, debe aplicárseles el Código Penal, pensemos en nuestros niños”, manifestó el señor Luis Alonso Ardón.