- Se registró a las 11:37 a.m. y tuvo una magnitud de 3,6 grados. El epicentro del sismo se reportó en la capital
- El PMA agota las reservas
alimentarias; hambruna al acecho para el pueblo salvadoreño
AGENCIAS
SAN SALVADOR.- Un fuerte temblor se sintió ayer en esta capital, provocando el pánico entre los temerosos habitantes que ya han soportado dos terremotos en menos de un mes. El Centro de Investigaciones Geotécnicas informó que el sismo se registró a las 11:37 a.m. y fue de 3,6 grados de magnitud, con epicentro en la zona metropolitana de San Salvador y a 6,2 kilómetros de profundidad.
En la Cruz Roja Salvadoreña dijeron a la AP que el sismo se había sentido en gran parte de la capital, pero que no tenían reportes de daños.
“Se sintió, pero no sabemos nada, fue fuerte pero rápido”, dijo a la AP en entrevista telefónica, Doré Ayala, de operaciones de la Cruz Roja salvadoreña. El sismo estremeció los edificios, algunas personas salieron a las calles, pero muy rápido regresaron a sus puestos de trabajo. No se interrumpió el servicio eléctrico, ni el telefónico y el tráfico vehicular sigue normal.
Por su parte, el director del Comité de Emergencia Nacional (COEN), Mauricio Ferrer, dijo a la AP en entrevista telefónica que “no se reporta ningún incidente, el movimiento no provocó daños”.
PMA AGOTA RESERVAS PARA EL SALVADOR
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció ayer en la capital salvadoreña que se agotan sus reservas alimentarias, por lo que cientos de miles de damnificados podrían enfrentar una hambruna en las próximas semanas. “La situación se puede tornar muy grave en dos o tres semanas. Por eso, estamos haciendo un llamado de emergencia a la comunidad internacional para que no desampare a El Salvador”, dijo a la AFP el portavoz del PMA, Alejandro López.
Según un informe del PMA, desde enero pasado se han distribuido 2,300 toneladas de alimentos como maíz, frijoles, aceite y pescado enlatado a casi 15,000 familias en los departamentos La Paz, San Vicente y Cuscatlán.
AYUDA A DAMNIFICADOS
Un nuevo sismo, escasez de alimentos, una potencial hambruna y una gran incapacidad productiva es la herencia de dos terremotos que el pueblo de El Salvador ha enfrentado en tan sólo un mes. El PMA y la Iglesia salvadoreña hacen un llamado a la comunidad internacional a seguir apoyándolo.
CAPACIDAD PRODUCTIVA CASI NULA
– El portavoz del PMA dijo que la situación de los damnificados se torna más dramática “porque ellos han perdido la capacidad productiva”. En ese sentido, López explicó que los damnificados, que pertenecen a los estratos más pobres, perdieron durante los terremotos sus herramientas de labranza, que quedaron sepultadas bajo los escombros.
– “Además, como perdieron todo, están viviendo en las calles y por tanto resulta difícil que un jefe de familia se decida a dejarlos allí tirados para ir a buscar trabajo y por último hay que recordar que varios ingenios fueron destruidos por lo que los que trabajaban en la recolección de caña hoy no tienen qué hacer”, apuntó López.
– La información proporcionada este martes por el PMA confirmó lo que el pasado domingo había advertido el arzobispo de San Salvador, Manuel Sánz, sobre el inminente agotamiento de los alimentos y sobre la necesidad de que la comunidad internacional redoble su cooperación con este país de 6,1 millones de habitantes.