Tito Rondón [email protected]
El manager de los campeones nacionales del béisbol, Davis Hodgson del León, cumplió lo que prometió. Y no me refiero a aquello de “en mi agenda no existe el domingo”, sino a las cosas que le inculcó a sus peloteros. Mantener la serenidad, tener confianza, no cambiar mucho el line up manteniendo la rotación.
Este último punto es muy importante, pues el Bóer pagó el precio de utilizar lanzadores con relativamente poco descanso. El abridor que estaba programado para ayer, Nelson Saldaña, fue utilizado en un relevo de seis entradas el viernes, y aunque fue sensacional (no permitió carrera y apenas dos imparables) no impidió la derrota, y eso evitó que tomara su turno en la loma. Obligó a que iniciara Franklin Rodríguez.
Inicialmente, el manager Omar Cisneros del Bóer pensó en Wilfredo Amador y hasta en insistir nuevamente con Jairo Pineda, pero se decidió por la experiencia del panameño, quien ha lanzado en República Dominicana, Canadá, Italia y Estados Unidos. Desafortunadamente Franklin tiende al descontrol, y eso y el cansancio lo emboscaron ayer en el sexto inning.
Aunque hay quienes destacan más, la labor del León fue de conjunto; cada uno cumplió con su papel.
Asdrudes Flores fue el único pítcher de la final que ganó dos juegos, y qué juegos. El veterano zurdo paró al Bóer después de dos triunfos al hilo, y ganó el juego que significaba la corona.
Diego Sandino ganó uno sin perder, y salvó en relevo el del título, todo eso estando apreciablemente cansado y sin velocidad. Pero qué pitcheo más inteligente. Lo único negativo, los gestos despreciativos hacia el Bóer.
El zurdo panameño Roger Deago estuvo grande en su triunfo de 135 lanzamientos que desempataba la serie, después de relevar y rescatar el miércoles. Fue el único lanzador en los cuatro equipos semifinalistas que no se derrumbó al ver interrumpida su labor de abridor con algún relevo.
Entre los jugadores de campo destaca Edgard López; fue líder en hits (12) y de bateo (.545), y colíder en jonrones (1, empatado con Freddy García del Bóer) e impulsadas (4, con las mismas de sus compañeros Henry Roa y Eduardo Romero), y sublíder en dobles (2).
Henry Roa dio el hit empujador de la carrera que empató la serie, teniendo que inyectarse diario para poder jugar y despertando al día siguiente por el dolor; Luis Pestana, con una defensiva de oro en la recta final y conectando el hit clave ayer; Yasmir García, apagado con el bate pero jugando una tercera sólida sin jamás haber estado allí a este nivel; la habilidad de Julio Vallejos, conocedor como nadie de los bateadores contrarios.
¿Y qué decir de Eduardo Romero? Su atrapada increíble le robó un triple impulsador del empate a Francisco Hernández, batazo que también lo ponía en situación de anotar. El venezolano Carlos Burguillos, con su veteranía y serenidad que logró transmitir al resto del conjunto; Danilo Sotelo, siempre joseando, y Sandor Guido, siempre defendiendo.