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¡Viva León Jodido!

Diego Sandino es alzado en hombros después de cumplir con su gran relevo que le permitió al León conquistar el título nacional Edgard Tijerino M. [email protected] Ya todo terminó. El funeral indio en León después de la derrota de 4 por 1, fue dramático… Edgard López, Asdrudes, Pestana, Sandino, Roa, Danilo, y por supuesto Davis, […]

  • Diego Sandino es alzado en hombros después de cumplir con su gran relevo que le permitió al León conquistar el título nacional

Edgard Tijerino M. [email protected]

Ya todo terminó. El funeral indio en León después de la derrota de 4 por 1, fue dramático…

Edgard López, Asdrudes, Pestana, Sandino, Roa, Danilo, y por supuesto Davis, halaban alegremente un ataúd con el bate de Nemesio, el brazo de Padilla, las piernas de Sandy, el control de Rodríguez, el optimismo de Omar y una foto de Oswaldo Mairena, mientras celebraban la conquista de otro título, con el viejo estilo, sacando a relucir su garra y sus colmillos, nunca renunciando al resurgimiento, siempre en pie de guerra, con suficiente sangre y alma para concretar la proeza…Y una vez más, lo lograron…¿Cómo diablos no admirarlos?

Perdió el Boer, “embrujado” por esa agresividad sin pausas de un Edgard López tan agitado como un volcán en erupción; por el pitcheo de diferentes ángulos y velocidades pero de consistente control y dominio, ofrecido por Diego, Deago y Asdrudes, evitando estar llamando a la gente del bullpen; por ese infield de formidable funcionalidad, con una capacidad asombrosa para simplificar problemas; por ese bateo que pese a sus cortocircuitos, fue lo necesariamente oportuno para producir lo requerido.

Cuando Pestana tomó la bola bateada por Sandy y realizó el out 27 convirtiendo en cenizas la posibilidad del séptimo juego, una especie de fascinación recorrió las tribunas del Estadio y toda la ciudad… El grito de ¡Viva León Jodido!, se extendió por todo el Pacífico encaramándose en la cima de las montañas, metiéndose bajo la piel de todos los que aman del béisbol con distintos uniformes, atravesando ríos y lagos, para finalmente instalarse en el corazón del país entero.

Ahí estaba Davis Hodgson, el negrito de vigoroso carácter y suficiente talento para nuestro medio, que fue Campeón con el Norte en el 2000, como lo había sido con la Costa, saboreando otra vez el néctar de la victoria… El no aprendió a rugir con los Leones. Nació rugiendo y así se ha mantenido.

Después de tres innings de sólo ceros, el Bóer se fue arriba con el hit de Leytón… ¡Oh Dios!… ¿Será posible?, exclamó Omar cayendo de rodillas mientras imploraba al cielo el prodigio de un milagro.

Pero los milagros se fabrican, con el mismo esfuerzo que utiliza el genio para asombrarnos, y León cortó la inspiración aprovechando un descarrilamiento de Franklin Rodríguez… No puedes sobrevivir a tres bases, dos hits y un golpe en un inning, como ocurrió en el sexto. Es más, las dos carreras anotadas por León para voltear la pizarra 2-1, fue una cosecha muy reducida para la opción disponible… León continuó atacando en los innings siete y ocho, ampliando la diferencia a 4-1.

Incluso buenos atletas como Nemesio, hombres fogueados como Sandy y Padilla, un manager acostumbrado a asimilar diferentes emociones como Omar, sufren tremendamente tratando de sostenerse en momentos frustrantes. Lo comprobamos anoche.

Desafortunadamente para los Indios, no se recibe crédito por luchar en los boxscores. Ellos tienen sangre fría y sólo reflejan quien gana y quien pierde, sin meterse a profundizar.

Fue una serie vibrante por lo que hicieron los unos y los otros y la justicia resplandeció a la orilla del legítimo ganador. Con excepción del tercer juego, el suspenso fue una constante. ¿Qué más queríamos?

Paz a los restos

El parte de guerra que dejó Omar fue sencillo: Morimos desangrados después de haber colocado toda nuestra carne y nuestros corazones en la estufa. No dejamos nada en el closet, pero nos quedamos cortos por culpa de ellos… Eso sí, pensamos regresar.

Cuando los Indios ganaron los dos primeros juegos, nadie se acordaba de la escopeta zurda de Mairena. ¿Estarán tan inspirados como para imponerse sin el líder del staff? ¿Existe el antecedente de algún equipo que lo haya logrado? ¿Hubiera podido León resucitar en el 90 sin Epifanio Pérez?… Ayer, entre las ruinas, se escuchó un gemido: ¡Cuanta falta hizo Oswaldo!

El Bóer careció de un elemento volátil como Edgard López. Lamentablemente Nemesio no encontró baterías para poder funcionar como todos sabemos que puede hacerlo.

Cuando se pierde, la lista de arrepentimientos es gruesa. “No quiero caer en la inutilidad de buscar excusas, o peor aún, modificaciones a decisiones tomadas. Escrito estaba”, podía haber respondido Omar.  

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