Tony Meléndez se hizo famoso en 1987, cuando le cantó a Su Santidad, Juan Pablo II, en una gira que el Sumo Pontífice realizó a los Estados Unidos. Nació sin brazos como consecuencia de los efectos secundarios de una medicina llamada “Talidomida”, la cual fue ingerida por su madre cuando estaba embarazada.
Más tarde, sus padres decidieron viajar a Estados Unidos para que pudieran tratarlo, pues además, tenía un daño en los pies y necesitaba de un tratamiento largo y muy especializado que no había en Nicaragua.
Sin embargo, nada lo ha detenido. Tony aprendió a escribir, a manejar su automóvil, en fin, a hacer todo con los pies, incluso tocar la guitarra. Desde pequeño se sintió atraído por la música, ya que su padre tocaba la guitarra.
Tony comenzó a cantar a los 16 años, y a los 20 ya era un profesional. Su carrera comenzó en una compañía cristiana, cantando durante las misas. Actualmente Tony vive feliz con su esposa Lynn y sus dos hijos, Marissa y Andrés.
Para él nada es imposible, y la verdadera discapacidad radica en decir “no puedo”. Tony nos demuestra que no existen diferencias entre las personas y que Dios está en nosotros llenándonos de amor; sólo hay que esforzarnos.