Edgard Tijerino M. [email protected]
Shane Mosley parece empeñado en convertirse, boxísticamente, en el mejor espectáculo imaginable… Por encima de Trinidad, De la Hoya, Mayweather, incluso Roy Jones.
¿Lo vieron la noche del sábado frente al australiano Shannan Taylor?… El retador, sabía boxear, sabía presionar, mostró un buen directo de izquierda y un potente golpe de derecha, tenía valor suficiente, estaba dispuesto a tomar los riesgos, pero… ¿Para qué sirve todo eso cuando Mosley está enfrente con todo su arsenal, utilizando esa velocidad para moverse y disparar imposible de controlar, multiplicando sus descargas, hiriéndote con la mirada mientras sus manos se mueven como aspas de un abanico, golpeándote brutalmente con una derecha capaz de hacerte astillas el mentón y un gancho de izquierda próximo a una puñalada en tu hígado y tus costillas?.
Después del quinto asalto, el coraje de Taylor sólo podía garantizar una peligrosa vapuleada… Ya no había pelea, porque Mosley, unilateralmente, se había adueñado por completo de las acciones.
Ese derechazo que hizo explosión en la mandíbula de Taylor casi al cierre del primer round, obligó a todos los asistentes del ring side, a salir en busca del odontólogo para una acuciosa revisión de sus muelas… Taylor sobrevivió y continuó presentando pelea, forzando angustiosos amarres en momentos críticos, en tanto Mosley, resplandeciente como un patinador sobre hielo en cualquier escenario olímpico, se movía y se movía, disparaba y disparaba, combinaba sus golpes con singular maestría y provocaba daño como si estuviera realizando un trabajo de cirugía.
Mosley retuvo su título de peso welter del Consejo Mundial de Boxeo con un nocaut técnico después que un ensangrentado Taylor fue incapaz de continuar. Mientras la campana sonaba para terminar el quinto asalto, Mosley todavía atormentó a Taylor con un jab de derecha. Fue el último golpe de un combate agitado pero desigual, que representó para Mosley, su victoria 37 sin derrotas, agregando el nocáut número 34… Taylor, hijo de un minero de Australia, tiene ahora 28 triunfos, un empate y una derrota.
El adiestrador de Taylor, el Ex -Campeón Mundial Jeff Fenech, dijo sobre la suspensión: “Estaba recibiendo demasiado castigo… Desde el primer round, no estaba seguro de en dónde estaba”.
Mosley admitió que Taylor sabe manejar sus golpes y tiene poder, “pero lo mantuve preocupado cubriéndose la cabeza, y eso le impidió soltarse ofensivamente… En los primeros asaltos lo clavé”, dijo el Campeón de las 147 libras, quien se mostró abierto para una nueva pelea con Oscar de la Hoya.
En el Hotel “Palacio de los Césares”, ante unas tres mil personas que llenaron un Salón convenientemente acondicionado, Mosley trabajó a fondo a base de velocidad y poder.