- El 12 de abril de 1961, un hombre navegó en el espacio por primera vez en la historia
- Curiosamente, ser de baja estatura ayudó al cosmonauta soviético Yuri Gagarin ser escogido para la misión
Armando Pérez (EFE)
MOSCU.- Cuarenta años después de la proeza de Yuri Gagarin, Rusia añora con nostalgia el glorioso momento en que el intrépido militar se convirtió en el primer ser humano que cruzó el umbral del cosmos.
En la aldea Klushino, patria chica de Gagarin, 300 kilómetros al oeste de Moscú, unos escolares interpretarán una obra de teatro dedicada al histórico vuelo que abrió el camino a las estrellas.
El 12 de abril de 1961 a las 09:07 hora de Moscú, en medio del más absoluto secreto, un cohete con una potencia de 20 millones de caballos de fuerza despegó del cosmódromo de Baikonur, en la república de Kazajstán, con el mayor de aviación Yuri Gagarin a bordo de la nave “Vostok”.
Desde el momento del despegue hasta el retorno a la Tierra transcurrieron apenas 108 minutos, durante ese tiempo, la cápsula donde se encontraba el cosmonauta describió una vuelta elíptica en torno a la Tierra con un apogeo de 302 y un perigeo de 175 kilómetros.
“Desde la altura cósmica la Tierra se ve con nitidez, se distinguen claramente las montañas, la costas y las islas, escribió Gagarin en su informe oficial sobre el vuelo.
“En el momento previsto para el descenso se pusieron en marcha los motores de freno y comenzó aumentar la presión…”, escribió el cosmonauta poco antes de que la nave cayera a la Tierra. El primer vuelo del hombre al espacio, además de la incertidumbre ante una aventura desconocida, estuvo rodeado de muchas expectativas y de anécdotas.
EL “RITO” QUE IMPUSO GAGARIN
Antes de emprender el viaje al espacio, de camino a la torre de lanzamiento, Gagarin pidió detener el autobús que lo transportaba y sin quitarse el traje espacial orinó en una de sus ruedas.
En Baikonur, donde la ciencia alterna con la superstición, el suceso se interpretó como una premonición, y a partir de entonces todos los cosmonautas rusos antes de salir al cosmos repiten sin falta la tradición impuesta por Gagarin. Según las versiones oficiales, en la selección de candidatos a primer cosmonauta de la historia participaron centenares de pilotos militares.
SER “CHAPARRO” AYUDÓ
Los criterios eran incontables, pero predominó el menos pensado: el tamaño, porque el primer hombre que viajaría al espacio, además de exhibir condiciones físicas insuperables, debía ser de baja estatura debido al reducido espacio de la cápsula. El cohete que puso en órbita la nave “Vostok” no era más que la modificación de un cohete balístico intercontinental proyectado para transportar una ojiva nuclear capaz de alcanzar el territorio de Estados Unidos.
La baja estatura de Gagarin casi fue motivo de que lo rechazaran cuando pidió su ingreso en la Fuerza Aérea, pues no alcanzaba a llegar a los mandos.
En el primer vuelo del hombre al espacio, Gagarin fue poco más que pasajero y desempeñó un papel pasivo, porque todos las maniobras se ejecutaron automáticamente desde el centro de control.
En el último momento, poco antes de cerrarse la escotilla del “Vostok”, el director del programa, Mark Gallai, le entregó al cosmonauta un sobre sellado. Dentro del sobre había un papel con la cifra “25”, el código que permitiría a Gagarin desbloquear el tablero de mando del “Vostok” y asumir el control de la nave en el caso de un fallo en los sistemas automáticos.
OPTIMISMO Y PESIMISMO
Por increíble que parezca, los científicos, médicos y responsables del proyecto estaban convencidos de que Gagarin perdería el juicio ante la impresión de verse en la órbita terrestre.
Por orden directa del Kremlin, la agencia oficial soviética TASS, preparó tres boletines informativos para anunciar el suceso para constatar la supremacía de la URSS en la conquista del cosmos. El primero anunciaba el triunfo; el segundo, en caso de que el cohete no alcanzara la órbita y cayera en algún lugar del planeta, pedía ayuda para localizar a Gagarin, y el tercero comunicaba la muerte del cosmonauta en el primer intento de conquistar el espacio.
EL KREMLIN CELEBRA
– Desde el comienzo de esta semana a lo largo y ancho del país se suceden exposiciones, conferencias, actos y hasta conciertos de rock dedicados a Gagarin, preludio de la fiesta el 12 de abril, “Día de la Cosmonáutica”, en honor al primer vuelo tripulado al espacio.
– El presidente ruso, Vladimir Putin, aprovechó la efeméride para convocar en Moscú una Conferencia Internacional contra la militarización del cosmos. En el foro, inaugurado ayer, participan centenares de expertos rusos y 250 extranjeros, representantes de al menos 96 países.
– Mientras los expertos analizan el futuro de la conquista del cosmos, los moscovitas podrán visitar la exposición filatélica internacional “A las Estrellas”, con las más completas colecciones de sellos rusos y extranjeros dedicadas al cosmos.