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El reo Juan Raúl Garza en fotos de archivo suministradas por las autoridades penitenciarias de Texas.

Narco de origen mexicano ejecutado

Contrario a McVeigh, Garza pidió perdón a familiares de víctimas y “la bendición de Dios” Rex W. HuppkeAP TERRE HAUTE/Indiana, EE.UU.— Tras disculparse por “el dolor y la pena” que causó, el asesino convicto Juan Raúl Garza fue ejecutado el martes. Garza se convirtió en el segundo reo federal ejecutado desde 1963, ocho días después […]

  • Contrario a McVeigh, Garza pidió perdón a familiares de víctimas y “la bendición de Dios”

Rex W. HuppkeAP

TERRE HAUTE/Indiana, EE.UU.— Tras disculparse por “el dolor y la pena” que causó, el asesino convicto Juan Raúl Garza fue ejecutado el martes.

Garza se convirtió en el segundo reo federal ejecutado desde 1963, ocho días después de la muerte del dinamitero de Oklahoma, Timothy Mc- Veigh.

Garza, estadounidense descendiente de mexicanos, murió a las 7:09 de la mañana, hora local, mediante una inyección letal, en el mismo sitio donde fue ejecutado McVeigh.

Movió nerviosamente sus pies mientras el celador Harley Lappin corría las cortinas que separaban la cámara de ejecuciones del salón donde se ubicaban los testigos. Mientras la solución letal era inyectada en sus venas, mantuvo su cabeza levantada y ligeramente inclinada a la izquierda, hacia el cuarto asignado a sus propios testigos.

Sus ojos se entrecerraron lentamente y sus labios se tornaron de un azul tenue.

Afrontó la ejecución tranquilo, y a diferencia de McVeigh, con remordimiento. “Sólo quiero decir que lo siento, y ofrezco disculpas por todo el dolor y la pena que he causado”, dijo. “Pido su perdón y la bendición de Dios”.

Mientras Garza era ejecutado, unos 50 activistas contra la pena de muerte corearon canciones de protesta.

El ambiente en la prisión fue muy distinto al que imperó durante la ejecución de McVeigh, cuando cientos de periodistas convergieron en el lugar.

Dan Dunne, portavoz de la Oficina de Prisiones de Estados Unidos, dijo que unos 75 periodistas se habían acreditado para cubrir la muerte de Garza, a diferencia de los más de 1,000 para la de McVeigh.

Silenciosa reacción de México

El gobierno de México asumió una actitud de alejamiento ante la ejecución del mexicano-estadounidense Juan Raúl Garza, hallado culpable de haber ordenado cuatro homicidios en este país latinoamericano.

Garza fue capturado en México y deportado a Estados Unidos en 1992. Ello representa un punto delicado, pues México se opone a la pena de muerte y se niega a extraditar a sospechosos que podrían ser ejecutados. No obstante, las autoridades mexicanas dijeron que este caso era distinto.

Antes de la ejecución, el secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda, dijo que la deportación de Garza no habría violado ningún tratado, pues se trata de un ciudadano estadounidense.  

Internacionales

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