- Líder cubano interrumpe por breve desvanecimiento uno de sus maratónicos discursos ante 60,000 personas y las cámaras televisivas
- Guardaespaldas tuvieron que ayudar al septuagenario dictador y habrían impedido que cayera al suelo, según agencia Associated Press
AP
LA HABANA.- El presidente cubano Fidel Castro sufrió este sábado un desmayo mientras hablaba ante una concentración política en las afueras de La Habana, pero reapareció pocos minutos después y dijo que se sentía bien.
El presidente, de 74 años, fue retirado por sus agentes de seguridad del podio donde llevaba unas dos horas hablando. Los agentes, con uniforme y armas al cinto, cubrieron a Castro con escudos desplegables negros y que usualmente portan en forma de maletines.
RECLINÓ LA CABEZA CONTRA MICRÓFONOS
Fotógrafos de la AP en la manifestación indicaron que Castro, que cumplirá 75 años el 13 de agosto, reclinó su cabeza contra los micrófonos mientras hablaba, y se inclinó pálido, antes de que los agentes de su seguridad lo sostuvieran por los brazos, impidiendo su caída al piso.
La escena fue transmitida en directo por la televisión nacional.
La seguridad oficial solicitó a los fotógrafos en la manifestación dejar de hacer fotos.
“Calma y valor, levantemos nuestra bandera’’, dijo el canciller Felipe Pérez Roque tomando la palabra en el podio.
Pérez Roque dijo que Castro había tenido una intensa actividad durante los últimos días y que en la ciudad hacía un intenso calor.
“El compañero Fidel ha tenido, obviamente, en medio del calor y del sobrehumano esfuerzo hecho por él… un momentáneo descenso’’ de la presión arterial, indicó Pérez Roque.
“Con calma y orden todos los compañeros nos vamos retirando’’, dijo Pérez Roque desde la tribuna acompañado de inmediato por todos los altos funcionarios que presenciaban la manifestación, incluyendo los llamados comandantes de la revolución, Ramiro Valdés, Juan Almeida y Guillermo García Frías, compañeros de Castro desde la lucha revolucionaria en la década de 1950.
Castro regresó al podio después de varios minutos, y dijo que se sentía bien.
Las personalidades del gobierno y del Partido Comunista de Cuba que presenciaban el discurso desde la primera fila corrieron hacia el podio, del mismo modo que lo hicieron los agentes de la seguridad personal del gobernante.
Rápido y pidiendo calma, fue el canciller quien saltó literalmente a la tribuna para calmar a la muchedumbre que, sorprendida, estiraba sus cuellos para ver al dirigente cubano.
Entre algunos de los asistentes al acto hubo llantos, pero la multitud pareció calmada al ver reaparecer al llamado “invicto comandante en jefe’’, y agitando banderines saludaron y gritaron: ‘’¡Fidel!’’, “¡Fidel!’’, ‘’¡Fidel!’’
VERSION OFICIAL: “FATIGA POR EL CALOR”
“El Comandante en Jefe no pudo terminar’’ su discurso, dijo un breve comunicado leído al comienzo de un noticiero vespertino en la televisora oficial.
“El calor y el sol excesivo le produjo una fatiga’’, agregó la nota oficial, afirmando que Castro regresó al podio minutos después, y por la tarde, continuaría con su discurso.
Tradicionalmente, tanto el estado de salud del veterano dirigente como su familia son temas mantenidos aquí en estricta reserva.
En fecha reciente ha sido su hermano Raúl Castro, ministro de Defensa, quien se ha quejado de que en el exterior se hable de una “era post-Castro’’, refiriéndose al envejecimiento del presidente, y qué sucederá en Cuba tras su desaparición física.
ESTABA “JUGANDO AL MUERTITO”
Castro comenzó a dar señales de malestar, e inmediatamente las cámaras de la televisión pasaron imágenes de los cercanos colaboradores suyos subiendo a la tribuna para auxiliarlo. Minutos después, Castro volvió a la tribuna y proclamó: “Estoy bien, no se preocupen. La verdad es que anoche no dormí nada, buscando papeles, datos, incluso tuve un acto de inauguración de la nueva sede del ballet, y luego hasta el amanecer viendo papeles. Al principio no había tanto calor, pero después había”, dijo Castro. “Estoy entero”, concluyó el presidente cubano, despidiéndose con el tradicional “Patria o Muerte”. En la noche, Castro reapareció y dijo en broma que todo fue “un ensayo” de hacerse el muerto para ver qué entierro le harían, según la agencia AP.