- Karzai, de 44 años, fue elegido jefe del gabinete interino, y su período de mando durará sólo seis meses
- La seguridad y el desarrollo económico son las principales tareas que se han planteado los nuevos líderes
Kathy Gannon (AP)
KABUL, AFGANISTAN.- Tras haber prestado juramento como primer ministro afgano de la posguerra, Hamid Karzai dijo ayer que no se hace ilusiones acerca de la labor que le espera para reconstruir un país devastado por 23 años de guerra, arruinado y profundamente dividido por diferencias étnicas y tribales.
Pero el poder le ha sido entregado a él y a sus 29 ministros del gabinete, dijo Karzai en rueda de prensa, y la historia será la encargada de determinar si su gestión estará o no a la altura de las circunstancias.
“Si damos al pueblo afgano lo que le hemos prometido, éste será un gran día. De lo contrario, caeremos en el olvido”, dijo Karzai a la prensa apenas dos horas después de prestar juramento en una ceremonia a la que asistieron dirigentes mundiales y jefes tribales.
Karzai, un dirigente pashtún de 44 años, fue elegido jefe del gabinete interino durante una reunión de representantes afganos auspiciada por las Naciones Unidas en Alemania. Su período de mando durará sólo seis meses.
Durante ese período, se espera que su gabinete ponga al país en vías de recuperación y convoque a un gran consejo afgano destinado a seleccionar un gobierno que durará dos años y deberá sentar las bases políticas necesarias para la celebración de elecciones.
DESARROLLO ECONOMICO PRINCIPAL TAREA
Karzai dijo que la tarea es imponente, y que sus máximas prioridades serán la seguridad y el desarrollo económico.
Pero advirtió que los afganos no pueden hacer esa tarea por sí mismos. Dijo que el país carece de recursos económicos y de infraestructura, y que el nivel educacional está apenas por encima del analfabetismo debido a décadas de conflictos incesantes.
Toda una generación ha nacido y crecido sin conocer otra cosa que la guerra, declaró.
El gobierno de Karzai ha recibido promesas de ayuda de numerosos países. Karzai rehusó revelar cuánto dinero se le ha prometido, pero las Naciones Unidas calculan que se requerirán miles de millones de dólares para reconstruir el país.
El gobernante dijo que Afganistán debe asumir la responsabilidad de su pasado, y que la creación de una comisión para investigar crímenes de guerra “no es una mala idea”.
Karzai prometió buscar y arrestar a todos los jefes del Talibán, cooperar con los Estados Unidos en la erradicación de todos los combatientes de Al-Qaeda todavía en Afganistán, y capturar a Ossama Bin Laden, jefe de esa red terrorista mundial.
PRIMERA MISION
Una de las primeras tareas de Hamid Karzai como primer ministro afgano tal vez será aclarar la confusión provocada por el bombardeo norteamericano de una caravana de vehículos blindados en la víspera de su juramentación.
¿Era una caravana de dirigentes del Talibán y Al Qaeda? ¿O una delegación de ancianos de las tribus que asistían a la toma de posesión del nuevo gobierno? Amigos o enemigos, según los informes hubo 65 muertos y 40 heridos el viernes.
El Pentágono dijo tener informes certeros de que en la decena de vehículos viajaban dirigentes prófugos de las dos organizaciones que partían de un “centro de mando y control” en Afganistán oriental.
Pero los jefes de tribus de la provincia de Khost dijeron que las víctimas eran afganos, entre ellos varios clérigos musulmanes, invitados a la asunción del gobierno interino de Karzai.
El comandante de la coalición encabezada por Estados Unidos, general Tommy Franks, respondió de manera ambigua el sábado a las preguntas sobre el ataque.
TROPAS A AFGANISTAN
Los legisladores alemanes aprobaron el sábado, por abrumadora mayoría, el envío de 1,200 soldados para la fuerza internacional que protegerá al nuevo gobierno afgano, pero el ministro de Defensa dijo que Alemania no busca una participación de liderazgo. Diputados de oposición aprobaron la medida con la mayoría de sus colegas de la coalición del canciller Gerhard Schroeder, a pesar de que acusan al gobierno de ser incapaz de esforzarse para tener una participación internacional más importante con un incremento significativo al gasto militar.