Flor de María Urcuyo de Campos
Del vientre de su amada madre, nació como regalo de Dios que acogió a nuestra Masaya a recibirlo en sus brazos, gozando del privilegio de escuchar su primer llanto.
Hombre de corazón noble, luchador inclaudicable, conocedor del Señor y de sus leyes divinas, con experiencias profundas y ricos conocimientos.
Su lema es el trabajo, la justicia y la paz; amor, igualdad, unión y fraternidad son los frutos del espíritu que conforman su alma y cuerpo.
Y en ese solmene día, donde la alegría impera, porque recibe a su Patria Nicaragua, impregnada de esperanza, Dios y su Madre Santísima, lo bendicen desde el Cielo.
Con mucho respeto, admiración y cariño.