Edgardo Jiménez López [email protected]
El Partido Liberal jamás hubiera ganado estas elecciones, sin la figura del ingeniero Enrique Bolaños. Él representa la honestidad, la integridad, y la confianza del pueblo, cosa que por otro lado, no tiene el Dr. Alemán, ni sus allegados, ligados a escándalos sucios.
Si el candidato hubiera sido Escobar Fornos, llamado “el cuello más flexible del liberalismo”, o el señor Moncada, “el teneme por un rato”, o Wilfredo Navarro, “el que daría su vida por el doctor Alemán”, fuera Presidente de Nicaragua el comandante Daniel Ortega.
Y no porque el pueblo hubiera votado por el Frente, sino porque la mayoría se hubiera abstenido de votar, y con el 35 por ciento que se le regaló a los sandinistas para que Alemán fuera diputado, entonces los resultados serían los ya apuntados.
Veamos un poco de historia: doña Violeta no ganó en el 90 por ser ella misma, ganó porque el pueblo no quería más guerras.
En 96, el doctor Alemán no ganó por ser liberal, pues ya venía con cola desde la Alcaldía, sino que ganó por el miedo del pueblo de que ganara el Frente, que tanto sabor amargo nos dejó.
En el 2002, el ingeniero Bolaños no gana por ser liberal, sino por su recia personalidad ya apuntada. Entonces, que los señores liberale, no crean que pueden ganar las elecciones del 2006 con la presencia del doctor Alemán como candidato.
Dice un refrán: “Hay que poner su barba en remojo” y agregarle a los actuales “diputados”: Tienen que poner sus conciencias en el aire, para ver qué pesa más, si la honestidad o el dinero.