Estimada Psicóloga:
Hace tiempo tuve una relación muy fuerte con un amigo, llegué a enamorarme de él, aunque no sé si fue recíproco, a veces pienso que sí pero otras veces no, él dice que me quiere y que lo que siente es muy especial y eso me tiene confundida.
Por otro lado, me gusta un muchacho, a quien conozco desde pequeño, nos queremos. Mi problema, es que no sé a cuál de los dos quiero de verdad o mejor de quién estoy enamorada, y no sé qué hacer.
Respuesta:
Toda elección implica una responsabilidad y el asumir sus consecuencias son señales que al ser observables, dirán si se ha crecido o no. Y una relación de noviazgo o de pareja hace dependiendo de nuestras expectativas que la decisión sea aún más difícil.
El gusto por el otro se construye a diario con un trabajo constante y consciente, a través de mil detalles pequeños o grandes. En tu carta no mencionas estas cosas que para vos son importantes y que te han llevado a confundirte por quién decidirte.
¿Qué tanto conoces de ellos? Sabes lo que piensan de vos y de las mujeres en general, sus expectativas ante la vida, deseos, aspiraciones, sentimientos, metas, etc., porque no es sólo importante tomar en cuenta algunos detalles físicos o personales a la hora de elegir con quien estar o compartir nuestra vida, es también importante descubrir cuáles y qué tantas son las expectativas de esa persona para con nosotros.
La decisión de iniciar una relación es de dos, y es una decisión que se negocia, donde se debe hacer un balance de cuáles van a ser las pérdidas y cuáles las ganancias. Vos los conocés a ambos, pon en una balanza cuál sentimiento y hacia quién lo experimentas es el que pesa más.
Tu decisión debe basarse en lo que pensás y sentís, teniendo muy claro que el amor lo construyen dos y hay que conocer que tanta disposición y compromiso hay de un lado y del otro para construir ese proyecto.
Para que decidas es determinante que te preguntes y le preguntes a ellos, qué quieren y qué sienten. No se debe de ir al agua sin salvavidas, hay que tratar de ir a lo seguro y donde vos salgás menos lastimada.