Jairo Francisco López Gallo
Me parece que la mayoría de la población es atropellada por decisiones políticas y económicas arbitrarias de los que han estado en el poder.
No se trata de tener dirigentes que mantengan feliz a la población, pero el país es pobre y subdesarrollado y los funcionarios deben procurar que sus decisiones beneficien a la mayoría de los nicaragüenses.
He visto casos en que las decisiones son tomadas por orientaciones de caudillos para beneficiar a sus allegados o para perjudicar a “enemigos políticos”, aunque en verdad perjudican al pueblo nicaragüense.
No espero que el nuevo gobierno tenga una varita mágica o que de la noche a la mañana cambie las cosas malas. Pero sus funcionarios deben mejorar la administración y el servicio público; en la educación mejorar el mísero salario de los maestros y que éstos a la vez den todo su empeño en la enseñanza; que el Minsa mejore la atención y, que haya medicamentos en los centros de salud y hospitales, para beneficio de la población pobre.
El pueblo eligió a los gobernantes con el voto y los puede castigar de la misma manera.