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¿Quién quebró a la Argentina?

Leonel Arana Guzmán La crisis de argentina, con su deuda impagable de nada menos que 132 mil millones de dólares no termina de pasar todavía y ya llueven las acusaciones y contraacusaciones sobre quién o quienes son los culpables del desguisado. Políticos, economistas y empresa privada se acusan unos a otros. En una de sus […]

Leonel Arana Guzmán

La crisis de argentina, con su deuda impagable de nada menos que 132 mil millones de dólares no termina de pasar todavía y ya llueven las acusaciones y contraacusaciones sobre quién o quienes son los culpables del desguisado.

Políticos, economistas y empresa privada se acusan unos a otros. En una de sus primeras declaraciones después de asumir el cargo el presidente Duhalde fue claro: la culpa recae en los Estados Unidos que en su papel de potencia hegemónica impuso a Argentina políticas económicas “asimétricas”. Duhalde se refería a las dificultades que por medio de subsidios y otras restricciones imponen los Estados Unidos a las exportaciones agrícolas de Argentina hacia ese país mientras les exigen que ellos, así como el resto del mundo se abran a sus exportaciones.

Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía y ex vicepresidente del Banco Mundial también fue claro: la culpa recae en el Fondo Monetario, que alentó a Argentina a mantener una paridad artificial de 1 x 1 del peso con el dólar, mientras Brasil y Europa, socios comerciales de la Argentina devaluaban sus monedas, y que para tratar de tapar el error inundó a Argentina con más de 70 mil millones de dólares en préstamos en 10 años.

Una parte de la prensa argentina centró la responsabilidad en el expresidente Menem, a quien se acusa de haber privatizado todos los bienes del país a precio de guate mojado, o como dicen por allá a precio de mate malo, desde los yacimientos petrolíferos de YPF hasta la línea aérea nacional, Aerolíneas Argentinas, pasando por los bancos y hasta por los servicios de correos y de aduanas y de haber vendido en 40 mil millones de dólares lo que valía 200 mil millones. Diferentes medios estiman las “comisiones” del afortunado Menem en casi 10 mil millones de dólares, sin poder probarlo obviamente.

Para confundir más el panorama la gran prensa norteamericana que encabezan el New York Times y Time y que en castellano repiten otros para quienes la voz de Washington es la Biblia, cualquiera que sea la voz de Washington, dejan caer la culpa íntegramente sobre la Argentina, y no por el pecado de seguir las recetas neoliberales del FMI, sino por supuestamente haberlas seguido sólo a medias.

¿Quién tiene la razón? Es probable que todos tengan una pizca de la verdad pero que ninguno esté totalmente en lo cierto. Lo único que si no admite discusión es que por 12 años Argentina siguió políticas económicas que fueron diseñadas en Washington y no en Buenos Aires por funcionarios del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, del Banco Mundial y del FMI y no por funcionarios del gobierno argentino y sin que nadie le pidiera opinión a la sociedad civil argentina. Bien intencionadas o no, tales políticas por definición respondían a intereses que no eran argentinos.

La culpabilidad sin embargo debe alcanzar a los funcionarios públicos argentinos que siguieron tales pautas como corderitos sin atreverse a cuestionarlas y a una sociedad argentina que tampoco lo hizo, demasiado ocupada como estaba en malgastar “la plata dulce” que le llovía del FMI al extremo que la clase media se vestía con modelos de Versace para ir a la oficina, mientras las élites depositaban en el extranjero 150 mil millones de dólares, un poco más del monto de la deuda nacional.

Como dijera nuestro inmortal GRN, al final de la fiesta “recayó la culpa sobre los chicuelos”, es decir, los más pobres.

El autor es Administrador de Empresas.  

Economía

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