Mauricio Membreño [email protected]
Considero que la Aduana de Nicaragua posee un sistema obsoleto y mediocre al brindar los servicios a quien los solicita.
Soy un nicaragüense residente en California, deseoso de cooperar con el progreso del país y con buenas intenciones de colaboración con mi pueblo, y desde aquí estoy tratando de instalar con mucho esfuerzo y sacrificio una agencia de envíos de paquetes entre la comunidad nicaragüense residente en California, para sus seres queridos en Nicaragua.
Al efectuar el primer envío de paquetes (19 cajas) hacia Nicaragua, tuvimos que pagar $750.00 dólares por impuestos de introducción de enseres domésticos; por lo general, muchas cosas usadas que se enviaron.
Nos cobraron por marca de zapatos, camisas, pantalones, lápices, calcetines, etc., etc., además de honorarios de servicios, y ¡qué sé yo cuántos impuestos más! por los servicios aduanales.
¡¿Qué es esto?!, nos preguntamos los que vivimos en EE.UU. Nos costó más pagar aduana que el servicio de transporte vía marítima hacia Nicaragua. El país necesita salir del atraso y de viejos sistemas de operatividad. Nos preguntamos: hoy, en el año 2002, ¿valdrá la pena hacer negocios con Nicaragua? ¡Absolutamente no!