Roberto J. Castillo
Debemos tener el valor civil de mirarnos a los ojos y decirnos cuando estamos en error. Ese civilismo de comentar el artículo del Sr. Joaquín Cuadra que apareció el 24 de enero en la página de Opinión, bajo el título “Una vez y nunca mas”.
En este siglo Nicaragua enfrenta los desafíos que se menciona en dicho artículo, tales como: hambre, caudillismo, monopolio estatal y corrupción, única y exclusivamente por culpa de los cimientos que la cúpula sandinista, desde el año 1979, conformara y de la cual, él fue parte fundamental y por lo tanto culpable de esta desgracia que Nicaragua padece.
Sí, es cierto que hemos avanzado en libertades y sin duda el pueblo de Nicaragua poco a poco va abriendo los ojos y con ello aprendiendo a conocer quiénes son los que se quieren aferrar al poder político. Poder que don Joaquín saboreó 22 años atrás y que sólo trajo destrucción y miseria.
Si en un acto de genuino arrepentimiento el Sr. Cuadra pudiera con humildad pedir disculpas públicamente, estoy seguro que en la generosidad del pueblo nicaragüense podrá encontrar magnanimidad y hasta audiencia a su discurso. Mientras tanto, yo sólo puedo pedir: ¡General, quítese la máscara!