Lilian Sánchez [email protected]
Después del terremoto de 1972 el entonces presidente Somoza invitó a varios arquitectos para someter un plano para la nueva Managua. Recuerdo muy bien que uno de esos planos era hacer la ciudad semicircular partiendo del Teatro Rubén Darío y extendiéndose —siempre en semicírculo— hacia el sur.
Todos los planos-proyectos fueron echados de lado por la gran desgracia que cayó en Nicaragua a través de las guerrillas, era obvio que tanto Cuba como Rusia era quienes no sólo los apoyaban, sino también quienes los instruían y proveían de armamento bélico.
Debido a esto último el entonces Presidente le dio prioridad a la defensa de la nación y ahí culminaron los planos-proyectos de una reconstrucción de Managua y todos sabemos hasta donde caímos desde 1978 hasta 1990.
En ese tiempo, 1972 y después, habíamos nicaragüenses que deseábamos reconstruir nuestra Managua, pero hoy la nueva generación que nació después del terremoto, o que en ese día eran apenas niños, no pudieron “saborear” lo que es una ciudad, y como así siguieron creciendo, eso es lo que han tenido y no ha habido quién los guíe.
Espero que el gobierno actual haga de Managua un lugar del que podamos volver a sentirnos dignos y orgullosos.