El peligroso puente de la vida recorrerlo y atravesarlo con éxito requiere de mucha destreza, de mucha entereza, y al mismo tiempo de mucha humildad, para no pisotear a los demás que también recorren el puente de la vida.
El peligroso puente de la vida, es como un puente colgante suspendido sobre agrestes montañas, profundos abismos, numerosos, diversos y difíciles obstáculos de la vida misma.
El peligroso puente de la vida para unos corto muy corto, para otros largo muy largo; el peligroso puente de la vida que comenzamos a recorrer desde que nacemos y crecemos, inocentes y alegre lo recorremos.
Al principio no sabemos cuán peligroso es, y al encontrar los primeros obstáculos, tropezamos y nos caemos, y también de dolor lloramos, pero nos levantamos y de valor nos llenamos.
¿Pero qué hay al final del peligroso puente de la vida? No importa que sea corto, no importa que sea largo, el éxito o el fracaso, pero qué hemos hecho para merecer el éxito o el fracaso, pero qué hemos hecho para merecer el éxito y qué no hemos hecho para merecer el fracaso.
Indudablemente que para merecer el éxito desde nuestros juveniles años, estudiar debemos con dedicación, ahínco y tesón, ¿y los que no pudimos estudiar en nuestros juveniles años por ser muy pobres y tener que desde niños trabajar, acaso merecemos el fracaso? Yo creo que no porque si un oficio aprendemos, el fracaso no mereceremos y estudiar después podremos y más éxito tendremos.