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Cómo llegar al Punto de Culminación de la Iniciativa HIPC

Néstor Avendaño Usualmente, las autoridades gubernamentales han hecho creer a la población nicaragüense que la pesada carga de la deuda externa, que sumaba US$6,333 millones a finales de 2001, se soluciona con la renegociación de lo adeudado al Club de París en el Punto de Culminación de la Iniciativa para Países Pobres Muy Endeudados (HIPC), […]

Néstor Avendaño

Usualmente, las autoridades gubernamentales han hecho creer a la población nicaragüense que la pesada carga de la deuda externa, que sumaba US$6,333 millones a finales de 2001, se soluciona con la renegociación de lo adeudado al Club de París en el Punto de Culminación de la Iniciativa para Países Pobres Muy Endeudados (HIPC), pero la deuda con dicho Club representa sólo el 23% del total que debemos a nuestros acreedores externos.

También las autoridades gubernamentales han forjado la idea entre los nicaragüenses que, al final del camino de la Iniciativa HIPC, el país recibirá una condonación del 80% del total que adeudamos al resto del mundo, mientras que la ampliación de dicha Iniciativa, llevada a cabo por los líderes políticos del G-7 en la ciudad alemana de Colonia en junio de 1999, indicó que la condonación será del 90% o más, si es necesario, de la deuda comercial contratada con el Club de París hasta el 31 de octubre de 1988, o sea la deuda conocida como “pre-cut-off-date”, y probablemente el Club condonará toda la deuda concesional o préstamos oficiales para el desarrollo. También se espera que los países no miembros del Club de París y la banca comercial otorguen, al menos, los mismos términos de renegociación que nos concede el Club sobre la deuda “pre-cut-off-date”.

También las autoridades gubernamentales han hecho creer que el arribo de Nicaragua al Punto de Culminación será en el corto plazo (desde 1999, a finales de cada año, manifiestan que será en el próximo año). Pero Nicaragua ha demostrado ser un país muy lento en el cumplimiento de sus acuerdos económicos internacionales.

Esto último puede ejemplificarse con el hecho que en junio de 1994 se estableció el primer Programa “ESAF” y tuvieron que pasar 7 años para que el país fuese aceptado en el Punto de Decisión de la Iniciativa HIPC por el FMI (en diciembre del 2000), mientras que la Iniciativa indica que para lograr ese Punto de Decisión bastaba haber aprobado las condicionalidades del primer programa trienal establecido con el FMI.

Y el tránsito entre los Puntos de Decisión y de Culminación de la mencionada Iniciativa tiene un plazo máximo de 3 años. En otras palabras, el país tiene que aprobar un segundo programa trienal con el FMI. Pero el G-7, en su reunión en Colonia, admitió que el Punto de Culminación es “flotante”, o sea que un país pobre muy endeudado puede arribar a dicho Punto si realiza todas las reformas estructurales contempladas en el segundo programa trienal con el FMI en menos de tres años.

Y también los funcionarios y asesores económicos gubernamentales hicieron decir al ex-presidente de la República, Dr. Arnoldo Alemán, en una fiesta con feriado nacional celebrada en septiembre de 1999, que mientras el país transitara entre los Puntos de Decisión y de Culminación recibiría un flujo anual de US$250 millones en concepto del alivio interino del pago de la deuda externa.

El alivio interino consiste en que el país no pagará todo el servicio contractual de la deuda al Club de París y a los organismos financieros multilaterales, siempre y cuando se encuentre en “track record” con el FMI, de tal manera que un monto parcial de los córdobas presupuestados en el Gobierno Central y el Banco Central para pago de intereses y amortizaciones será reorientado al financiamiento de proyectos que reduzcan el nivel de pobreza humana del país. El equivalente a dólares del monto mínimo anual del alivio interino del pago de la deuda se estima en US$160 millones en los próximos tres años.

Por todo lo antes expuesto, he observado mucha alegría gubernamental cuando las autoridades abordan el tema de la deuda externa de nuestro país. Lo que deberíamos observar es un trabajo mejor organizado y más intenso para completar la negociación con 13 países miembros del Club de París, 15 gobiernos de países que no son miembros de dicho Club, los tenedores de los títulos de la deuda con la banca comercial que no aceptaron la recompra de esa deuda en diciembre de 1995 y, una vez renegociado todo eso, determinar cuál será la contribución del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Mundial (BM), Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y FMI, que será financiada con la ayuda de financiera de los países más ricos del mundo, para que Nicaragua pase de un status de país pobre muy endeudado al de país pobre “normalmente” endeudado.

En síntesis, para que Nicaragua culmine exitosamente la reducción de su deuda externa, para que Nicaragua arribe efectivamente al Punto de Culminación de la Iniciativa HIPC, tendrá que concluir las renegociaciones con 28 países, con los tenedores de la deuda pendiente con la banca comercial y realizar un Grupo Consultivo Especial para determinar el monto de reducción de la deuda multilateral.

Por esto, las nuevas autoridades gubernamentales necesitan no sólo establecer el nuevo programa trienal con el FMI sino también mantener la estabilidad del tipo de cambio y de los precios al consumidor, cumplir las condicionalidades de reforma estructural que dejara pendiente la pasada administración pública, y haber implementado en buena forma la Estrategia Reforzada de Crecimiento Económico y Reducción de Pobreza, la cual en mi opinión necesita ser revisada a la luz de los últimos eventos políticos y económicos internacionales, por el menor crecimiento económico observado en el país, y para incorporar la mayor parte de las recomendaciones de la Sociedad Civil dirigidas a una mejor distribución del ingreso y a la participación sectorial del futuro crecimiento económico, políticas ausentes en esa estrategia.

En esta área, sólo he podido observar la solicitud que el presidente Bolaños hiciera a la Asamblea Nacional para la aprobación de una serie de leyes asociadas principalmente con los temas de la gobernabilidad y las reformas del sector público. También he escuchado, de fuentes gubernamentales, que el FMI visitará a nuestro país hasta finales de este mes de febrero, para iniciar las negociaciones sobre el nuevo Programa PRGF2 2002-2004 (Poverty Reduction and Growth Facility, y por sus siglas en español SCLP, Servicio Para el Crecimiento y la Lucha Contra la Pobreza, antes denominado ESAF).

Actualmente, Nicaragua no honra, como dicen los banqueros, toda su deuda externa, o sea que nosotros, los nicaragüenses, no pagamos todos los intereses y amortizaciones contractuales de esa deuda. Sólo cumplimos el pago relacionado con el 70% del total de la deuda externa, que es calificada como “priorizada” por el FMI.

En este caso, los acreedores “priorizados” son los miembros del Club de París, los organismos financieros multilaterales (FMI, BID, BM y BCIE, principalmente), los países no miembros del Club de París con los cuales Nicaragua ha renegociado sus deudas (México, República Checa, República Eslovaca y Guatemala), y la deuda contratada con otros acreedores a partir de la década de los noventa (China-Taiwan, banca comercial y proveedores). Es por esta razón, que nuestras autoridades gubernamentales deben dar gran importancia al 30% de la deuda total aún no renegociada, para que Nicaragua arribe al Punto de Culminación con éxito.

Por ese mismo motivo, las nuevas autoridades gubernamentales también necesitan formar grupos especializados en renegociación de deuda externa, con el fin de (Î) reestructurar US$1,673 millones adeudados a 15 países de 4 continentes, entre los cuales se destacan Costa Rica, Bulgaria, Libia, Honduras, Brasil e Irán; y (II) concluir el proceso de recompra de US$197 millones adeudados a la banca comercial, para lo cual Nicaragua necesitaría una ayuda internacional de US$16 millones para asegurar el mismo porcentaje de condonación de 92% que nos facilitó este grupo de acreedores en diciembre de 1995.

De acuerdo con la Iniciativa HIPC, el último grupo de acreedores que entra en el escenario de la reducción de la deuda externa es el de los organismos multilaterales financieros. Sólo con la ayuda financiera de los países más ricos del mundo, se logrará una reducción de la deuda multilateral, que garantice que el valor presente del saldo reestructurado de la deuda no sea mayor del 150% del valor de las exportaciones de bienes y servicios no factoriales del país. Irónicamente, sólo el valor nominal de la deuda multilateral representa el 253% del valor de dichas exportaciones en 2001.

Y es la deuda multilateral, especialmente la contratada con el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, la que ha crecido aceleradamente en los últimos años. Y aunque sea muy concesional, no es gratis; hay que pagarla. Y es bastante contradictorio que, por un lado, tratemos de desendeudarnos con la ayuda de las naciones más ricas del mundo y, por otro lado, nos endeudemos más con la ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial. Sobre este aspecto, estimo muy conveniente que las autoridades gubernamentales actualicen con el FMI la política de endeudamiento externo, en el sentido que esa política descanse más sobre donaciones que en préstamos concesionales.

Es por eso que la nueva deuda contratada y desembolsada a partir de la década de los noventa comienza a tener la misma importancia que la deuda heredada por la Administración de la Sra. Violeta Barrios vda. de Chamorro, al participar con el 40% en el saldo de la deuda actual. Fuera de la Iniciativa HIPC, ya que ésta salió a luz en octubre de 1996, el mundo nos perdonó US$6,650 millones durante la Administración de la Sra. Chamorro y US$471 millones en la Administración del Dr. Alemán; y en el marco de la Iniciativa, desde 1997, el mundo nos ha perdonado sólo US$578 millones. Un perdón total de US$7,700 millones, más de lo que debemos en la actualidad.

Así como urge el establecimiento de un programa económico con el FMI para lograr nuestro desendeudamiento externo y recibir una ayuda simbólica en divisas líquidas para apoyo a balanza de pagos, también es urgente abrir todos los frentes de renegociación de la deuda externa y reducir la deuda hasta el nivel de US$1,500 millones, con el fin de atraer la inversión extranjera directa e iniciar una lucha efectiva contra la pobreza humana. Solamente así podremos afirmar que Nicaragua llegó definitivamente al Punto de Culminación de la Iniciativa HIPC.

Indicadores de Vulnerabilidad de Nicaragua en la Iniciativa HIPC en 2001 (En Porcentajes del PIB)

1. Deuda Externa: 253%

2. Servicio Contractual de la Deuda: 16%

3. Servicio Pagado: 7%

4. Déficit en Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos*: 44%

5. Donaciones Oficiales: 10%

6. Impuestos: 30%

7. Ahorro Público**: 4%

*: Excluye intereses pagados y donaciones privadas netas.

**: Excluye pago de intereses.

Fuente: Estimaciones del autor.

El autor es economista.  

Economía

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