Rodolfo Antonio Jerez Coronado [email protected]
En nicaragua, donde nació el gran poeta, el inmortal Rubén Darío, debería ser el lugar en donde más se le exalte.
Los gobiernos siempre se han equivocado al querer inculcar en su historia las guerras y luchas por el poder político que han dejado marcas negras a lo largo de los 181 años de amarga historia de este país centroamericano.
La educación debe ser orientada a exaltar al más reconocido poeta de todos los tiempos, al “Príncipe de las Letras Castellanas”.
Darío debería de tener muchos monumentos en la ciudad capital, calle Darío, avenida Darío, plaza Darío, universidad Rubén Darío, aeropuerto Darío, autopista Darío, circunvalación Darío, hospital Darío, casa presidencial Rubén Darío, un canal de televisión dariano.
Cada niño tendría que estar vinculado a Darío durante su enseñanza primaria, secundaria y universitaria, cátedras darianas; versos de Darío por doquier.
Cada hombre y mujer nicaragüense deberían estar instruidos de toda la vida y muerte de Rubén Darío. Las alcaldías dedicarse a publicar y asociarse con las ideas de Darío.