Me refiero al artículo “Pastora llama a diputados a destituir a Arnoldo Alemán” en LA PRENSA del jueves 14 de febrero 2002, en el cual se expone una advertencia o ultimátum de Edén Pastora a las fuerzas de Alemán atrincheradas en la Asamblea Nacional.
Edén Pastora no está equivocado y así como fue comandante de la revolución que depuso al dictador Anastasio Somoza, ahora también puede comandar nuevas fuerzas para contribuir a deponer la corrupción política y la democracia en Nicaragua. El Comandante Cero debe considerar, sin embargo, que las condiciones de la nueva era no incluyen métodos y prácticas pasadas. La acción del Comandante Cero es un asalto a las trincheras montadas en la Asamblea Nacional y emplaza (sitiando) las fuerzas autócratas allí concentradas. Su acción pública, digna de admirarse, ya que son pocos los nicaragüenses en ese país con las agallas para entrar en acción.
Si Edén desea luchar en esta nueva revolución democrática debe usar las armas que la Constitución, las leyes constitucionales y el apoyo del pueblo le brindan. Yo sólo le recuerdo que 5,000 firmas de sus simpatizantes le dan artillería legal para introducir iniciativas de ley en el seno del bando opuesto; 50,000 firmas de sus simpatizantes le dan el regimiento legal para pedir la participación constitucional del pueblo en la escogencia de las leyes que lo gobiernan. El Comandante Cero puede volverse el comandante democrático que dirija la legión popular del país, en forma legal, civilizada, para devolverle a ese pueblo su soberanía.
* Miguel Soto
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