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La importancia del Conpes

Claudia Guadamuz* Los cambios suscitados en el orden económico internacional durante la década de los noventa influyeron en los gobiernos de Latinoamérica, obligándolos a promover una mayor participación de la ciudadanía en la definición y evaluación de las políticas gubernamentales. En Nicaragua esta apertura tiene particular significado si tomamos en cuenta que nuestra cultura política […]

Claudia Guadamuz*

Los cambios suscitados en el orden económico internacional durante la década de los noventa influyeron en los gobiernos de Latinoamérica, obligándolos a promover una mayor participación de la ciudadanía en la definición y evaluación de las políticas gubernamentales.

En Nicaragua esta apertura tiene particular significado si tomamos en cuenta que nuestra cultura política se ha caracterizado por las figuras de caudillos, conveniencias políticas, desconfianza institucionalizada, centralización en la toma de decisiones así como de la información, etc. La historia de Nicaragua ha estado llena de situaciones de inestabilidad social, conflictos políticos y modelos económicos débiles y poco definidos que han impedido desarrollar la economía de forma sostenible. A pesar de lo anterior y particularmente en nuestra historia reciente, los nicaragüenses hemos hecho ingentes esfuerzos por crear un ambiente político y social estable que permita generar confianza en las instituciones y que sea un marco de desarrollo adecuado para estimular la inversión en la economía nacional.

El paradigma de sociedad que asumimos por un tiempo, sin apertura al diálogo social, nos impedía la evolución hacia un modelo compatible con los cambios que debíamos producir para lograr insertarnos en los mercados internacionales. Estos cambios estaban vinculados al sistema productivo, los cuales sin duda eran necesarios e inminentes. Pero estos cambios no podrían producirse sin el esfuerzo conjunto de empresarios y trabajadores. Lograr que los agentes sociales se comprometieran a hacer sacrificios y esfuerzos de forma conjunta era prácticamente una utopía. ¿Cómo alcanzar esa meta?

En este contexto el Gobierno de la República de Nicaragua, consciente de nuestras deficiencias en materia de generación de acuerdos, fue lo suficientemente visionario para crear e instalar una entidad en la cual la sociedad civil pudiera de forma institucionalizada contribuir en la formulación de la política económica y social del gobierno. En agosto de 1999 fue instalado el Consejo Nacional de Planificación Económica Social (Conpes).

A lo largo de sus dos períodos de sesiones, los miembros del Consejo han demostrado que las aspiraciones pueden materializarse y producir resultados concretos. Los consejeros del Conpes son un ejemplo de cómo tanto la sociedad civil, el gobierno y los partidos políticos pueden dialogar y generar un debate de alto nivel aunque compartimos una tradición de diálogos meramente políticos y lastimosamente infructuosos. Estos debates son motivados por una preocupación común, consensuar las políticas públicas formuladas por el gobierno con la ciudadanía en general y lograr que su aplicación sea efectiva al mismo tiempo que se generan amplios márgenes de gobernabilidad.

¿Por qué es importante el Conpes para un país como Nicaragua? Es importante porque la interacción entre los agentes sociales es indispensable para generar los consensos necesarios en la articulación y definición de las políticas públicas. Más importante lo son cuando estas políticas implican cuotas de sacrificio para toda la sociedad por igual.

Pero más allá de la generación de estos consensos, el trabajo del Conpes ha permitido ampliar nuestras perspectivas, y podemos afirmar con seguridad que para un país como Nicaragua los diálogos han dejado de ser esfuerzos meramente políticos y coyunturales para convertirse en una herramienta útil y eficaz en la consecución de resultados concretos.

El diálogo social instalado en el Conpes está respaldado por un alto grado de compromiso de parte de sus miembros de respetar los valores de la democracia, tolerancia, profesionalismo y alto sentido de la ética, tanto en sus deliberaciones a lo interno de la institución como al exterior de la misma. En nuestro país estos valores durmieron durante mucho tiempo el sueño de los justos y en el Conpes han retomado su importancia y su vigencia. Esto le ha permitido a nuestra sociedad confiar nuevamente en las instituciones y le ha instado a replicar este ejemplo desde un nivel central hasta los niveles departamentales y municipales.

La construcción de diálogos y consensos no es tarea fácil. Los resultados no se logran de un día para otro, es una labor ardua y de todos los días que implica ceder desde posiciones personales hasta compartir una misma visión de grupo y de conjunto. Sin embargo a pesar del esfuerzo que esta tarea significa no es imposible de alcanzar. Afortunadamente para Nicaragua esto ya no es una mera utopía y los frutos de este esfuerzo comienzan a valorarse como corresponde. La consolidación institucional del Conpes y su rol en la sociedad, ha sido un logro muy significativo del que los nicaragüenses debemos sentirnos orgullosos.

* La autora es Licenciada en Derecho y Magister en Gestión y Políticas Públicas por la Universidad de Chile.  

Economía

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